Ya en vigor la nueva homologación de consumos reales

El nuevo sistema de homologación establecido por la Unión Europea tras los distintos casos de emisiones irregulares acaecidos en los últimos años, establece un protocolo de medición de emisiones más estricto y feaciente. Hasta el momento, el control de consumos y emisiones se basaba en pruebas realizadas en laboratorio, el método New European Driving Cycle –NEDC–.

Ahora entran en vigor dos nuevas formas de medir estos parámetros, el Worldwide harmonized Light vehicles Test Procedures –WLTP– y el Real Driving Emissions –RDE–, que consisten en lo siguiente.

El WLTP son una serie de pruebas de mayor duración y profundidad de análisis que el NEDC, para medir consumos y emisiones con un mayor kilometraje y periodos de exigencia al motor más duraderos. Se probarán en condiciones favorables y desfavorables, es decir, en las que el consumo es menor y es mayor, para obtener cifras más ajustadas a la realidad. No obstante, éste no deja de ser un sistema similar al NEDC llevado a cabo en un laboratorio.

Más interesante por lo novedoso es el RDE, ya que estas pruebas se realizarán en vías públicas, con conducción real del vehículo, lo que ofrecerá unas cifras de contraste con las obtenidas en el laboratorio, y que mostrarán con mayor exactitud el consumo del vehículo y sus emisiones reales. Por supuesto, nada es preciso al 100%, porque cada persona conduce de una manera, pero se buscarán distintas situaciones de tráfico, así como una conducción lo más estandarizada posible.

De momento, los nuevos controles se aplican a vehículos nuevos a partir del 1 de septiembre, pero no creas que por ello tu coche se librará. En un año, todos los coches matriculados en Europa deberán haber pasado por el control WLTP, y en 2019, por el RDE.

Aunque en principio es una buena noticia para el consumidor, no podemos obviar un dato importante que puede repercutir en nuestro bolsillo, en forma de impuesto de matriculación. Generalmente el sistema NEDC daba cifras más bajas de las reales, lo que suponía un tramo determinado de impuesto por emisiones de Co2. Pero ahora, con la revisión, esos tramos pueden variar, de modo que podemos encontrarnos con una tasa mayor por obra y gracia de la nueva forma de control de consumos y emisiones.

Los fabricantes, por su parte, muestran su escepticismo y preocupación ante una posible caída de las ventas de hasta un 7% según los modelos, pero aún así muestran su apoyo a esta nueva normativa, especialmente por el hecho de acabar con la diversidad de cifras entre países de la UE, ya que en algunos se utilizaban otros sistemas de medición.

A buen seguro, esta nueva normativa traerá más consecuencias que un simple cambio de modelo de medición, sean para bien o para mal, por lo que habrá que estar atentos a qué derroteros adquiere la nueva regulación conforme se asiente en el día a día del mundo del automóvil.