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Multa récord por circular a 280 por hora en un túnel limitado a 90

José Miguel Vinuesa

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30 Mar 2017 - 16:35

La velocidad en las carreteras y vías públicas está muy controlada por las autoridades a través de diversos sistemas, y el radar el más conocido de ellos. Aun así, y pese a las severas multas y sanciones que supone quebrantar los límites de velocidad, algunos conductores todavía los superan con creces.

El último ejemplo de ello nos llega desde Galicia y ocurrió el pasado 17 de agosto en la autopista A-9, concretamente en el kilómetro 31 a la altura de Fenes. En ese punto se encuentra un túnel con la velocidad limitada a 90 kilómetros/hora y controlada por un radar, pero un impetuoso conductor pasó por ese punto a la nada despreciable velocidad de 280 kilómetros/hora, lo que se han convertido en el récord oficial de velocidad por las carreteras gallegas. El segundo puesto de la región está en 252 kilómetros/hora, y el tercero, en 232 kilómetros/hora.

Pero en el territorio nacional hay también otras infracciones récord dignas de mención por lo asombroso de las velocidades alcanzadas. Así, el año pasado, en el kilómetro 4 de la R-4, entre Pinto y Parla, un conductor con discapacidad en una pierna fue cazado a 297 kilómetros/hora. Su carnet sólo le permitía el uso de vehículos adaptados sin superar los 100 kilómetros/hora, pero triplicó el límite. El infractor alegó que probaba un Porsche antes de adquirirlo, pero en realidad ni siquiera tenía puntos en el carnet.

Otra cifra impresionante es la de hace poco más de un mes, en la Nacional 347 entre Viator y Almería. Allí, un conductor marcó un registro de 276 kilómetros/hora en una carretera limitada a 90. Circulaba al volante de un Nissan GT-R y, cuando lo pararon, dijo que conducía el acompañante en el momento de ser detectado por el radar.

Pero en un listado histórico, el récord de diferencia entre velocidad permitida y exceso se produjo en el año 2014, cuando con un límite de 50 kilómetros/hora, pillaron a un conductor a una velocidad de 300, superando por tanto en 250 el límite permitido. Pero la velocidad más alta captada en las carreteras españolas data de 2010, cuando se interceptó a un conductor a 340 kilómetros/hora en un tramo limitado a 120.

Algunos todavía piensan que las carreteras son circuitos en los que exprimir sus potentes automóviles con riesgo para la vida propia y de los demás usuarios.

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