Los nombres que Ferrari debería recuperar

Algunas han vuelto a escena, pero para futuros modelos de la marca italiana, hay algunas denominaciones que podrían, casi deberían volver. Para nosotros, estas serían las más interesantes.

DINO

Alfredo ‘Dino’ Ferrari fue el primogénito de Enzo Ferrari, desaparecido en 1956 por una enfermedad muscular degenerativa. Dino trabajaba en unos motores específicos, que se usaron en competición dando el sobrenombre a algunos coches, pero sobre todo motivó la creación de un modelo que Enzo siempre quiso que se distinguiese de Ferrari: el Dino.

El 246 Dino fue el primer coche de producción con motor trasero salido de Maranello, con un motor de 2.4 litros y 6 cilindros, y que tuvo un gran éxito. Fue sustituido por otro diseño de Bertone, de 8 cilindros, de estética polémica. En tiempos recientes ha resonado mucho en los mentideros el regreso de un modelo asociado a este nombre, por lo que nuestra primera opción es esta.

MONZA

Proveniente directamente de la competición, el nombre se le otorgó a un modelo Sport, el 750 Monza, que como curiosidad era un 4 cilindros. Con Mike Hawthorn y Umberto Maglioli venció en el circuito lombardo en 1955, y fue el mismo coche en el que Alberto Ascari pereció en dicho trazado.

El 750 Monza era como un 250 Testarossa en miniatura, pero ágil, veloz y fiable. Obviamente, 750 se refería a la capacidad unitaria de cilindro. De volver esta denominación, lo suyo sería que fuese asociada a un coche de carreras, pero ¿y si Ferrari crease un modelo de 4 cilindros como coche de acceso a la marca? Monza debería ser su apellido.

EUROPA

La denominación Europa, como la América o Superamérica, estaba relacionada con coches de alto rendimiento, pero a la vez lujosos y de estética elegante. El ejemplo más importante fue el 250 GT Europa, una denominación que apareció ya en 1953 y que se mantuvo hasta 1964. Un modelo largo, elegante, carrozado por Pininfarina, y que atrajo la atención de los más exclusivos clientes.

El sustituto del GTC4 Lusso podría, casí debería llevar esta denominación histórica asociada al lujo y la elegancia, sin perder prestaciones.

TESTAROSSA

Dos modelos han llevado esta denominación, y ambos muy recordados. El primero, el glorioso 250 Testa Rossa –obsérvese que va separado–, un coche de competición que dio grandes alegrías a Maranello, incluidas victorias en Le Mans, y a veces simplificado como 250TR. Surgió en 1957 y con su V12 de 3.0 litros, unido a un aspecto impresionante, cautivó los sueños de toda una generación.

En 1984, la denominación, debida a que la tapa de las válvulas estaba pintada en rojo, resurgió, pero esta vez todo junto: Testarossa, para distinguirlo de tan venerable antecesor. Pero el nuevo Testarossa era tan rompedor estéticamente como el primero, con su preciosa toma de aire, sus faros posteriores semicubiertos, y su anchura descomunal. Por supuesto, un V12 era su corazón, pero esta vez de 5.0 litros. Un coche impresionante desde cualquier ángulo, y que volvió a prendar a generaciones.

Ferrari, es hora de hacer renacer la saga Testarossa.

DAYTONA

Otro nombre derivado de un triunfo en la competición, en concreto las 24 horas de Daytona de 1967, con aquella foto en escuadrón de tres 330P4. Pero el modelo de producción que llevó este nombre, el 365 GTB/4, marcó toda una época. Surgido en 1968, permitía cuatro plazas que viajaban muy rápido gracias a su motor V12 de 4.4 litros.

Aunque la denominación no era oficial, sino popular, se asoció para siempre al modelo, y a Enzo, que no la aceptó nunca, en el fondo no le disgustaba que un coche en la más pura línea de los muscle car americanos se apropiase de tan legendario nombre estadounidense. La pugna con Ford estaba en todo lo alto.

Y para ti, ¿cuál sería el mejor de todos?. ¿O cual propondrías?.