Laia Sanz, de su mejor etapa a hundirse por la rotura de un espárrago

“Ha sido un sabor agridulce porque estábamos haciendo una gran etapa, íbamos muy bien, corriendo con la cabeza: habíamos pinchado en el km 20 y manteníamos un buen ritmo, pero conservando neumáticos, porque sabíamos que había mucha piedra”, ha comentado la piloto de KH7.

El buggy les estaba dando algún problema, “algo fallaba porque desde el kilómetro 130 cortaba a veces gas. Algún cable o las vibraciones, pero sólo pasaba en las zonas lentas y en las rápidas iba bien, así que no perdimos demasiado tiempo y fuimos ganando posiciones”, ha explicado Laia.

Pero todo se torció en la segunda parte. “Rompimos un espárrago de una de las ruedas y perdimos mucho tiempo, unas cuatro horas. Pudimos seguir, pero se hizo de noche y nos quedamos sin luces de cruce. Y al final, en la arena, íbamos a 60 kilómetros por hora y pinchamos dos veces. Hacía frío, incluso encendimos una hoguera para calentarnos”.

“Ha sido una lástima porque ha sido un día de mucho lío y podíamos aprovecharlo, lo estábamos aprovechando. Ahora ya no podemos hacer un buen Dakar, pero sí hacer buenas etapas. La suerte es que hemos llegado y hay que mirar hacia delante”, decía.

Y se le iluminaron los ojos cuando se enteró que el pronóstico para mañana es de lluvia “porque así no habrá polvo”, algo importe cuando se quiere remontar posiciones.