La ONU alerta sobre la exportación de coches muy viejos a países en vías de desarrollo

La medida se enmarcaría en dos objetivos que se ha marcado la ONU: reducir la accidentalidad viaria –y con ello el número de fallecidos– y mejorar el medio ambiente. De poco sirve reducir las emisiones en Europa, si los vehículos contaminantes continúan en servicio en países donde además los combustibles pueden contener más impurezas.

El Programa de Naciones Unidas para el Medioambiente es el que ha tomado la iniciativa. Ha constatado que son millones los vehículos con veinte o más años que acaban cada año en las carreteras de países en vías de desarrollo donde la normativa es insuficiente.

Según la ONU, cada año unos tres millones de vehículos 'viejos' abandonan Europa con destino a los países del Este o África, especialmente Nigeria y Libia. Una inspección en el puerto de Ámsterdam el pasado año reveló que la edad media de los vehículos de ocasión que esperan embarque para estos países era de 18 años y muchos de ellos estaban apedazados o tenían algunos elementos deteriorados, neutralizados o eliminados, en particular los catalizadores.

Del mismo modo, Estados Unidos proporciona vehículos a México y Centro América, así como a los Emiratos, mientras que Japón los envía a Medio Oriente y África. Y China se unirá pronto; si hasta 2019 existía prohibición de exportar los vehículos viejos, ahora no existen trabas y puede convertirse un gran exportador.

La ONU coloca a casi un centenar de países en la lista de los que tienen normativas medioambientales excesivamente laxas en estos aspectos. Sri Lanka o Senegal, por ejemplo, son dos de los ejemplos a seguir; el primero no acepta vehículos de ocasión de más de tres años y el segundo los admite hasta con ocho años. Pero hay otros, como la República de Congo que los admite con 20 años y sin normativa de emisiones, mientras que Georgia no pone ninguna restricción.

La ONU prevé que en 2050 el parque automovilístico mundial se doble, alcanzado los 2.000 millones de vehículos. De ahí la necesidad de actuar con urgencia. “Conseguir que la flota mundial sea lo más 'limpia' posible es una prioridad para alcanzar los objetivos climáticos y de calidad de aire. Los países desarrollados deben dejar de exportar los vehículos que no superar sus test de seguridad y emisiones. Y los países importadores deben adoptar medidas más severas”, ha dicho Inger Andersen, director de PNUE.