Kia XCeed

La versión que hemos probado del Kia XCeed 2023 es la híbrida enchufable. Es la recomendable para aquellos que vayan a exprimir al máximo la parte eléctrica en ciudad. Parece una obviedad, pero es que hay que reconocer que si se le saca del ámbito urbano y se agota la batería el motor de 1.6 litros se queda corto para mover con soltura el coche. Si se quiere un XCeed que realmente se maneje bien en cualquier situación por largo que sea el desplazamiento a realizar es mejor elegir una de las dos opciones mild-hybrid a la venta. ¿Diesel o gasolina? Eso ya depende de la situación personal de cada uno y los kilómetros que se vayan a realizar.

De vuelta al híbrido enchufable hay que destacar las mismas virtudes que ya tenía en la versión previa al restyling. Suavidad, transiciones con la parte térmica casi imperceptibles y buen tacto en general. Algo menos nos ha gustado el cambio DCT que equipa. No por él mismo sino por su gestión electrónica. Nos ha parecido algo lenta y, en ocasiones, ha seleccionado una velocidad más corta o larga de lo que tocaba. Por suerte se puede manejar desde la palanca de cambios de forma manual, aunque hubiese sido más cómoda la presencia de levas tras el volante.

El recorrido que completamos nos llevó a lo largo de 95 kilómetros por todo tipo de vías, tanto urbanas como interurbanas. Lógicamente la batería, cargada al 100% al arrancar, se agotó, momento en el cual el coche empieza a funcionar como un híbrido autorrecargable. Al final del trayecto el gasto medio de carburante obtenido fue de 4,1 litros a los 100 kilómetros.

Más allá de la posición de conducción algo más elevada de la que ofrece un Ceed, lo cierto es que el comportamiento del XCeed no da la sensación de ser diferente a la de un compacto convencional. Es razonablemente ágil y estable en todas las situaciones. La suspensión en el caso del híbrido enchufable se nota firme pero sin llegar a causar incomodidades.

La dirección no es la que mejor transmite lo que sucede sobre el asfalto del mercado, situación que mejora algo a la hora de seleccionar el modo de conducción Sport. El extra de resistencia que gana el volante permite sentir mejor el vehículo. En todo caso, una vez se acostumbra uno a su tacto, no merece pegas en lo que a precisión se refiere. Sí que podría ser mejor en esto último el pedal del freno, cuya primera parte del recorrido no ofrece toda la sensibilidad que debería. Esto hace que sea complicado ser plenamente preciso especialmente en las deceleraciones suaves. No obstante, este es un mal endémico que, en mayor o menor medida, sufren todos los vehículos electrificados por el sistema de recarga de energía, con lo que no debe entenderse como una crítica al XCeed.

En definitiva, elegir esta versión híbrida enchufable queda reservado para clientes muy concretos que vayan a sacar realmente partido de la parte eléctrica. Si no, como se ha dicho al principio, algunas de las otras mecánicas parecen más adecuadas para disfrutar de un muy buen vehículo que une lo mejor de varios segmentos. Versatilidad en estado puro que, más que probablemente, sea uno de los grandes secretos de su éxito.