Ford, a la espera del beneplácito de Trump

Hasta el momento, sólo el representante de Comercio Exterior de EE.UU, Robert Lighthizer, ha reaccionado negativamente diciendo que la nueva disposición de la compañía en el continente asiático podría ocasionar serias represalias, lo cual no ha tenido buena acogida en las redes sociales y mucho menos en la propia sociedad automovilística estadounidense.

La decisión de deslocalizar de nuevo la producción del hatchback más popular de la marca ha sido tomada por Jim Hackett, el nuevo consejero delegado de Ford en sustitución de Mark Fields. De hecho, es la primera medida relevante del nuevo directivo, llegado a la multinacional con el propósito de mejorar su retorno de la inversión.

Por su parte, Joe Hinrichs, máximo responsable de las operaciones globales de Ford, ha declarado que “la producción del Focus en China permitirá a la empresa un ahorro de más de 1.000 millones de dólares”, incluidos los 500 millones que le reportó la cancelación de la inversión en San Luis de Potosí.

Con esta ya es nada menos que la tercera vez que la fabricación del compacto cambia de ubicación en menos de seis meses: de Michigan a México y de México a China. Precisamente, este último cambio de rumbo en la elaboración del que es uno de los modelos pilares para Ford deriva de las incesantes críticas y amenazas de Trump por la producción de vehículos en México.

Aunque Fields sorprendió inicialmente al Gobierno anunciando la cancelación de la inversión en San Luís, señaló que mantendría la producción del Focus en la existente planta de Hermosillo para su exclusiva exportación a Estados Unidos y negó así que la decisión de no construir una nueva fábrica en México fuese una concesión a Donald Trump, quien amenazó a Ford, entre otros fabricantes automovilísticos, con imponer aranceles aduaneros de hasta el 35% a todos los vehículos provenientes de su país fronterizo.

La nueva realidad es que ni siquiera Hermosillo contará con la explotación de este modelo, cuya nueva generación esta prevista lanzarse de cara al segundo semestre de 2019. Por su parte, la planta de Michigan adaptará la maquinaría para elaborar algunos de los modelos más grandes de la casa, como es el nuevo Ranger y el futuro Bronco. El ahorro de esta operación permitirá destinar más dinero a las áreas de investigación y desarrollo de la empresa, especialmente en lo relacionado con la movilidad eléctrica y autónoma, así como a la construcción de los nuevos Ford Expedition y Lincoln Navigator.