El Ferrari Testarossa vuelve a la vida de la mano de Officine Fioravanti

Resucitar intacto desde el punto de vista estético un vehículo clásico pero aplicarle mejoras desde los prismas de la tecnología, la mecánica y la fiabilidad. Básicamente eso son los restomod, una práctica que se ha puesto cada vez más de moda en los tiempos actuales. El último que nos llega está firmado por Officine Fioravanti y tiene al mítico Ferrari Testarossa como protagonista.

El modelo de base es uno con la carrocería de color blanco y un solo espejo retrovisor. Es, por tanto, un unidad de la primera serie que evoca claramente el espíritu de los años '80. Tanto es así que el restomod respeta casi por completo su estética. Tan sólo cambian las llantas, que si bien mantienen el diseño original, crecen hasta las 17 pulgadas en el tren delantero y hasta las 18 en el trasero. La razón de esta decisión se encuentra en el sistema de frenos, que es totalmente nuevo y es responsabilidad de Brembo. Los discos son ventilados, mientras que las pinzas de seis pistones en el eje delantero y de cuatro en el trasero. Estas llantas alojan unos neumáticos Michelin Pilot Sport 4S.

Pese a que la estética de este Ferrari Testarossa se mantiene fiel a la original, algunos de los materiales utilizados para su construcción sí que han cambiado. La fibra de carbono es la protagonista de alguno de sus paneles, como también lo es en algunos elementos del chasis y del habitáculo. Con ello se logra una reducción de 130 kilos respecto al vehículo original, que detenía la báscula en 1.510 kilos.

El motor es aún el 4.9 litros V12 a 180º de los años '80, aunque en esta ocasión desarrolla 510 caballos y no 390. Esto se ha logrado gracias a los cambios introducidos en el sistema de encendido, en la distribución y en el sistema de escape. Con todo, el Testarossa puede alcanzar una velocidad punta de 323 kilómetros/hora.

Officine Fioravanti también anuncia mejoras en el comportamiento dinámico del coche que vienen dadas por la inclusión de unos nuevos amortiguadores dobles Öhlins. Son ajustables y su desarrollo se ha llevado a cabo de forma específica para este modelo. Su manipulación se puede llevar a cabo desde una serie de mandos que se encuentran en el habitáculo y mantienen su aspecto retro. De hecho, lo hace todo el interior, aunque es cierto que los controles de plástico han dejado paso a otros de metal.

El cuadro de mandos es aún analógico, aunque se ha incorporado un sistema de infoentretenimiento que es compatible con Apple CarPlay. El contraste lo pone un teléfono de la época que está modificado para poder conectarse vía Bluetooth a un Smartphone y poder hacer llamadas. Lo que se desconoce por el momento es el precio, aunque como todas las joyas, barata seguro que no es.