Se incendia un Ferrari F40 en las calles de Mónaco

El Ferrari F40 es un auténtico símbolo. No sólo por su diseño y sus casi 500 caballos sin ayudas electrónicas, sino por el hecho de que es el último coche que vio en vida el mismo Enzo Ferrari. Una joya de colección o un proyecto de restauración sin parangón, en el caso que nos ocupa.

En la era de los smartphones y las redes sociales, un F40 incendiado no pasa desapercibido precisamente. De hecho, existe un vídeo en Instagram en el que podemos ver cómo el conductor gesticula de impotencia al poco de bajarse del coche, cuando las llamas aún no han alcanzado su apogeo.

No han trascendido detalles sobre el origen del fuego, aunque a primera vista parece que proviene del área donde descansaba el motor V8 biturbo de 478 caballos que lo propulsaba. La tardanza de los bomberos propició que las llamas envolvieran toda la zaga del vehículo.

El héroe anónimo de esta historia es un vecino de un edificio adyacente que, con la mejor de las intenciones, ha tratado de sofocar el fuego con la manguera de regar las plantas. Por desgracia, la magnitud del desastre era tal que su esfuerzo ha sido en vano.

El Ferrari F40 es carne de coleccionista al ser el último cavallino de Enzo Ferrari. Su producción estaba limitada originalmente a 400 unidades, aunque ante la avalancha de pedidos desde Maranello decidieron ampliarla a 1.311 unidades.

En 1990 se estimaba que tan sólo el 10% de los F40 fabricados hasta la fecha se habían utilizado para disfrutar de la conducción, pues el resto eran celosamente guardados en garajes para que no perdieran valor.

UN VIEJO CONOCIDO

Vale la pena remaracar que se trata del mismo Ferrari F40 con escape recto que captó nuestra atención en verano de 2018. Entonces también lo vimos por las calles de Mónaco. Lucía una modificación en el sistema de escape para reforzar su sonido, especialmente en reducciones para llamar la atención de los transeúntes. Un sistema completo de escape Tubi de tubo recto. Ya no.