El Bloodhound LSR supera los 1.000 kilómetros/hora

Las pruebas se dieron por finalizadas después de que Andy Green, el piloto del vehículo, alcanzara los 1.010 kilómetros/hora. El coche tardó sólo 50'' en alcanzar esta velocidad, durante los cuales recorrió ocho kilómetros de la pista especialmente construida en el Hakskeen Paan.

Previamente había realizado diversos test a velocidades cada vez superiores, para comprobar que el coche se comportaba de la forma esperada y no cabían sorpresas. Así se probaron por separado cómo funcionaban los frenos en las ruedas, el paracaídas de frenada o los frenos aerodinámicos.

"Nuestro objetivo era alcanzar los 1.000 kilómetros/hora, así que llegar a los 1.010 es un hito y demuestra que el equipo y el cazarécords pueden lograr", señaló un portavoz del equipo. Ahora se abre un compás de espera. Deben analizarse los datos proporcionados por los más de 180 sensores distribuidos en la carrocería –para tener una idea de la importancia de ello es que en este último test se detectó que el aire bajo el coche adquiría velocidades supersónicas– para efectuar algunas correcciones.

Pero también necesitan tiempo porque ahora "debemos enfocarnos en buscar nuevos patrocinadores y conseguir la inversión necesaria para volver al Hakseen y lograr el récord". Recordemos que el proyecto fue impulsado por Richard Noble, el primer hombre que superó los 1.000 km/h, pero el proyecto entró en bancarrota y fue salvado in extremis por un hombre de negocios escocés. Eso permitió llegar hasta aquí, pero ahora se necesitarán muchos más fondos para continuar.

En su estado actual, el Bloodhound no puede alcanzar la velocidad prevista. Los 54.000 caballos de potencia del motor a reacción EJ200 –el que equipa el Eurofigther Thyphoon– posiblemente ni siquiera podrían ser suficientes para romper el récord actual.  Se necesitaría casi un 60% más de empuje. Es algo en lo que trabaja Nammo, empresa noruega experta en cohetes. Quizás no haga falta tanto, pero si se consigue acelerar más deprisa, usando menos metros de pista, se consiguen más metros disponibles para aminorar la velocidad. La pista empleada tiene 20 kilómetros de longitud y una anchura de 1.100 metros, porque se necesita incluso más distancia para frenar que para acelerar y a estas velocidades cualquier pequeña variación en la dirección supone desviarse del eje de la pista muchos metros, decenas e incluso centenas.

Tras estos ensayos Andy Green, el piloto del Bloodhound y que es el actual recordman, se muestra confiado. "La estabilidad y confianza que me brinda el coche son excelentes, fruto de los años y avanzada ingeniería que los miembros del equipo han empleado para diseñarlo. Creo que estamos en una excelente posición para atacar el récord mundial dentro de 12 a 18 meses". Green alabó la pista "exactamente lo que necesitábamos" y afirmó que además "las condiciones meteorológicas del último ensayo, temperaturas bajas y ausencia de viento".