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Conducimos el nuevo Seat Ibiza 1.6 TDI de 95 caballos: ¿merece la pena un Diesel?

El Ibiza 1.6 TDI de 95 caballos homologa un consumo de 3,8 litros a los 100
Presenta un buen comportamiento dinámico y un interior amplio
Su motor responde bien a bajas revoluciones pero suena en exceso en altas
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Rafael Alonso
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01 Dic 2017 - 09:41

Seat ha presentado en Ibiza las versiones Diesel de su nuevo Ibiza 2017. Equipadas con el propulsor 1.6 TDI de 80, 95 y 115 caballos, ofrecen unas buenas prestaciones con un consumo interesante pero, ¿todavía merece la pena un utilitario Diesel? SoyMotor.com ha estado allí para comprobarlo.

No hace tanto tiempo, los modelos Diesel dominaban el mercado europeo y las marcas pugnaban por ofrecer motores con las mejores prestaciones y el consumo más contenido posible. Seat se benefició durante años del prestigio y las bondades de los propulsores TDI del grupo Volkswagen pero, los acontecimientos acaecidos durante los últimos años en el seno del grupo VAG, sumado a un cambio en la percepción del gasóleo, han llevado a un cambio en la tendencia del mercado. No obstante, las mecánicas Diesel todavía representan una parte importante de las ventas en España y muchos compradores prefieren este tipo de propulsores por su frugal consumo.

Hoy, los motores Diesel de Seat bajo la norma Euro 6 distan mucho de los que se comercializaban hace 10 o 12 años –edad media del parque móvil Español–, y sus niveles de emisiones de NOx son la tercera parte de los de 2005. Por ello, y en respuesta a esa demanda del mercado –que Seat estima en un 18% para el nuevo Ibiza–, la marca ha presentado la gama de motores Diesel del su nuevo utilitario. En SoyMotor.com hemos probado la versión de 95 caballos con el acabado Xcellence y estas son nuestras impresiones.

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La quinta generación del Seat Ibiza es el primer modelo del Grupo Volkswagen en emplear la plataforma MQB A0, que comparte con el Seat Arona y el nuevo Volkswagen Polo. Sus dimensiones exteriores no son muy superiores a las de su predecesor: mide casi lo mismo de largo, gana 9 centímetros de ancho y su ancho de vías y distancia entre ejes crecen 6 y 10 centímetros respectivamente, lo que se redunda en una mayor habitabilidad y una mejora del comportamiento dinámico respecto a la generación anterior.

En el interior encontramos un habitáculo amplio y confortable. El puesto de conducción nos resultó similar al de otros modelos del grupo alemán, y el volantes multifunción –de serie en todos los acabados– resulta intuitivo y fácil de usar. Nuestra unidad –al igual que todas las de la prueba– contaba con el cuadro de mandos analógico con pantalla central, pero en el año próximo se pondrá a la venta con el virtual cockpit de como opción. El salpicadero presenta un aspecto sencillo y limpio y, aunque recurre a los plásticos duros, resulta atractivo, en especial el de la moldura en negro piano –opcional– le otorga un toque elegante. En la banqueta trasera, el espacio para las piernas y la altura hasta el techo es más que suficiente para una persona de estatura media; el maletero también crece en capacidad hasta los 355 litros y es uno de los mayores del segmento.

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Con la llegada de los nuevo propulsores, la gama del Seat Ibiza queda compuesta por tres motores gasolina –1.0 MPI de 75 y 1.0 EcoTSI de 95 y 116 caballos–, y tres Diesel 1.6 TDI de 80, 95 y 115 caballos. Asimismo, en enero se pondrá a la venta el 1.0 TGI de 90 caballos que puede funcionar tanto con gasolina como con Gas Natural Comprimido –GNC–, y el 1.5 Evo TSI de 150 caballos que llegará con el Ibiza FR en 2018.

Hemos tenido la oportunidad de conducir el 1.6 TDI de 95 caballos, el que probablemente será el más vendido entre los Diesel. Se trata del bloque de 1.598 centímetros cúbicos  –EA288 MDB en código interno– que cuenta con un sistema de reducción catalítica selectiva –SCR– de segunda generación, para reducir las emisiones de NOx hasta 67 mg/kilómetro, un 17% menos de los 80 mg/km que permite la norma Euro 6. Para ello equipa un depósito de urea AdBlue con boca de llenado junto a la del combustible. La unidad que probamos marcaba poco más de 2.000 kilómetros en su odómetro y ofrecía una autonomía de AdBlue para 10.000 kilómetros, pero esta depende directamente del tipo de conducción que se realice, en un uso urbano su consumo es mayor que en vías rápidas. Es posible rellenar este depósito con facilidad en las estaciones de servicio o durante las revisiones de mantenimiento, y una garrafa de 5 litros tiene un coste aproximado de 10 euros.

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Su motor 1.6 TDI de 95 caballos, nos ha parecido que empuja con fuerza desde 1.500 revoluciones y se estira hasta casi 3.500 vueltas, cuando comenzamos a sentir una ligera vibración. Probablemente el propulsor de 115 caballos ofrezca un plus al circular muy cargados o al subir pendientes pronunciadas, pero el de 95 es satisfactorio para la mayoría de usos. En cuanto a su insonorización, es correcta aunque quizá otros modelos del grupo han logrado un mejor aislamiento acústico del motor a altas revoluciones.

En carretera, el Seat Ibiza nos ha dado la sensación de ser un coche ágil y dinámico en curvas enlazadas a la vez que cómodo en vías rápidas. El acabado FR equipa de serie una suspensión deportiva un 20% más dura que rebaja la altura en 15 milímetros, pero no la hemos echado en falta. La dirección electrónica resulta precisa y transmite las irregularidades del asfalto con suficiente nitidez.

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El Ibiza TDI está disponible con cambio manual de 5 velocidades en las versiones de 80 y 95 caballos, y 6 marchas en el de 115 caballos. El cambio automático DSG de 7 relaciones sólo puede asociarse al propulsor de 95 caballos y no ofrece levas en el volante ni siquiera con el acabado FR.

Nuestro recorrido de apenas 60 kilómetros transcurrió por suelo urbano, una tramo de carretera de montaña y algunas vías rápidas. Durante este trayecto realizamos un consumo medio de 4,6 litros a los 100. Es casi un litro más que los 3,8 que homologa el propulsor Diesel de 95 caballos, pero todavía es un consumo inferior al homologado por su homónimo TSI de 95 caballos –4.7 litros cada 100 kilómetros–. Nos pareció un consumo contenido dado el tipo de conducción que realizamos –siempre a velocidad legal–, pero nos da la sensación que es muy posible rebajar esta cifra si se realiza una conducción eficiente.

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En cuanto a su equipamiento, el nuevo utilitario de Martorell está disponible con cuatro niveles de acabado: Reference, Reference Plus, Style, Xcellence y FR, y todos ellos incluyen de serie el sistema Start&Stop, sensores de presión de neumáticos, sistema de arranque en pendiente y detección de peatones con frenada de emergencia automática. Durante nuestra prueba tuvimos acceso a la versión Xcellece, que se sitúa como tope de gama junto al acabado FR con el mismo precio, pero difiere por su vocación más tecnológica y menos deportiva. Nuestra unidad equipaba llantas de aleación de 16 pulgadas –de serie son de 15 pulgadas y también están disponibles en 17 por 750 euros adicionales–, sensor de aparcamiento trasero, detector de fatiga, llave inteligente de apertura y arranque, y luces antiniebla con función cornering –todo ello de serie–. Además contamos con la pantalla táctil multimedia de 8 pulgadas, el control de crucero adaptativo, la superficie de carga inalámbrica para el teléfono móvil, y el equipo de sonido BeatsAudio de 300 vatios con seis altavoces y subwofer como equipamiento opcional.

El Seat Ibiza Diesel está disponible desde 16.530 euros en su versión de 80 caballos con el acabado Reference. Nuestra unidad, de 95 caballos con acabado Xcellence tiene un precio de partida de 20.710 euros, y llega hasta los 21.320 en las versiones de 115 caballos más equipadas. Adicionalmente la marca ofrece descuentos de hasta 5.000 euros en ciertas versiones y en ciertas versiones y el equipamiento opcional, por lo que es posible adquirir un Ibiza 1.6 TDI de 95 caballos con acabado Reference Plus desde 12.760 euros.

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En definitiva, estamos convencidos de que el nuevo Seat Ibiza es un coche muy interesante por su habitabilidad, equipamiento y comportamiento dinámico. Si merece la pena pagar algo más de 2.000 euros adicionales por las versiones Diesel que por sus homónimos de gasolina, dependerá mucho del número de kilómetros que se vayan a realizar y de las preferencias del conductor.

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3 comentarios
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09 Jun 2019 - 08:21
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#1 Estimado Rafael, gracas por el artículo. Solo un apunte, aclara lo de «autonomía AdBlue de 10.000 ... Ver comentario
en que año vives ?
01 Dic 2017 - 11:27
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#1 Estimado Rafael, gracas por el artículo. Solo un apunte, aclara lo de «autonomía AdBlue de 10.000 ... Ver comentario
eSTIMADO LizardF1: Celebro que te haya gustado. En efecto, los motores Diesel 1.6 TDI del nuevo Seat Ibiza cuentan con un sistema de reducción catalítica selectiva–SCR– que emplea un fluido a base de urea denominado AdBlue para reducir las emisiones de NOx. No es que el motor consuma AdBlue en lugar de Diesel, sino que lo emplea para reducir sus emisiones. El coche, junto al depósito de combustible cuenta con un segundo depósito de AdBlue que hay que rellenar, pero con menos frecuencia que el de Diesel. La autonomía de AdBlue en el momento de la prueba era de 10.000 kilómetros pero, como decimos en el texto, esto depende del tipo de conducción. Espero que ahora haya quedado más claro. Un saludo y gracias por leernos.

01 Dic 2017 - 09:56
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Estimado Rafael, gracas por el artículo. Solo un apunte, aclara lo de «autonomía AdBlue de 10.000km» imagino que es un error, si no es así, mañana me compro dos. ;P

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