Los conductores de coches eléctricos no se arrepienten de su compra

El miedo por antonomasia con los eléctricos es quedarse sin batería en medio de la carretera, una preocupación que se debe a que la red de puntos de carga no es ni por asomo tan extensa como las gasolineras tradicionales de toda la vida.

La AAA ha hecho una encuesta que arroja varias conclusiones interesantes. La principal, que el 96% de los propietarios de eléctricos repetirían a pesar de que el 91% tenían dudas antes de adquirir su primer vehículo con esta tecnología.

Esa satisfacción se debe a que comprueban que la autonomía no es un problema para su día a día, en el que se valen de las recargas domésticas para no tener que depender de las electrolineras. El trayecto diario promedio es de 60 kilómetros, una distancia que no supone ningún inconveniente.

El 78% de los conductores de eléctricos tienen al menos un vehículo de combustión en su unidad familiar, pero aun así confían en la tecnología libre de emisiones de dióxido de carbono para hacer el 87% de sus desplazamientos. El 95% asegura que nunca se ha quedado sin batería.

Económicamente, el combustible —electricidad— cuesta menos de la mitad y suponen un ahorro de 300 dólares anuales en materia de mantenimiento. Aun así, la AAA asegura que son unos 600 dólares al año más caros que su equivalente de combustión. No detalla por qué, pero podría deberse al precio de los seguros o a la depreciación del vehículo.

Desde la American Automobile Association aseguran que 40 millones de ciudadanos estadounidenses han mostrado interés por adquirir un vehículo eléctrico, a pesar de que las ventas todavía son marginales. Las dudas sobre su autonomía y el precio que tienen en el concesionario son los principales obstáculos.