Los chalecos amarillos destrozan el 60% de los radares en Francia

La violencia ha sido una de las grandes protagonistas del movimiento de los chalecos amarillos desde sus inicios. Tanto es así que incluso ha alcanzado a los radares de velocidad fijos. Según ha confirmado el Ministro del Interior francés tras un informe llevado a cabo por la policía el 60% de estos dispositivos están a día de hoy inutilizados por las acciones delictivas de los protestantes. Castaner ha sido especialmente duro a la hora de valorar esta situación: "He visto en las redes sociales a algunos imbéciles hacerse fotografías junto a radares quemados. No les deseo que se tengan que enfrentar un día a la realidad de una muerte en la carretera".

En Francia existen 3.200 radares fijos aproximadamente, de los cuales 2.500 de ellos tienen como misión controlar la velocidad de los conductores. A pesar de que la mayoría de dispositivos inutilizados se achaca a la virulencia de las protestas de los chalecos amarillos, lo cierto es que son objetivo de los vándalos desde que el pasado verano el límite de velocidad en carreteras secundarias de doble sentido sin separador central bajase de 90 a 80 kilómetros/hora. Eso fue el 1 de julio, mientras que los chalecos amarillos nacieron el 17 de noviembre.

El Gobierno francés recuerda que las sanciones por dañar un radar deliberadamente no son precisamente pequeñas. La cuantía económica puede llegar a ser de 30.000 euros, a lo que incluso se le puede sumar una pena de uno o dos años de cárcel. Si el daño acaba en la destrucción total del dispositivo se puede llegar a poner una multa de 75.000 euros. Además el Tribunal de Cuentas recuerda que los radares de control de velocidad otorgaron 1,01 millones de euros a las arcas del Estado en 2017.