Britishvolt entra en concurso de acreedores: adiós a la batería británica

Dicha compañía ha entrado en concurso de acreedores, como dicen en Reino Unido, “en administración”. Un serio golpe para la industria automovilística británica, pues Britishvolt era visto como un proyecto histórico para impulsar la producción de componentes de vehículos eléctricos en el país. La empresa ya se salvó de un concurso de acreedores en 2022 gracias a la obtención de fondos, pero en esta ocasión ha sido imposible evitar la situación.

Britishvolt tenía en marcha un proyecto para construir una gigafactoría de 3.800 millones de libras, casi 4.340 millones de euros, que crearía más de 8.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos. Proyecto en el que también colaboró la administración británica con una inyección de 100 millones de libras, unos 115 millones de euros. También contaba con el respaldo de la minera Glencore, entre otros inversores privados.

En esa gigafactoría se iban a desarrollar una cadena de suministro para vehículos eléctricos que fuera competitiva a nivel global. Un objetivo que finalmente se ha quedado en agua de borrajas. Los cerca de 300 empleados con los que contaba Britishvolt fueron informados el pasado 17 de enero y la previsión es que la mayoría sean despedidos, según la BBC.

Según medios británicos, parte de las dificultades de la empresa se debían a que no había recibido los fondos a los que se había comprometido desde el gobierno del país. De hecho, se negaron a realizar un adelanto de 30 millones de libras, unos 35 millones de euros, porque, al parecer, se emplearían para mantener la empresa a flote y no para la construcción de la fábrica.

La Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Motores británica ha enfatizado anteriormente que el Reino Unido necesita varias fábricas de baterías para garantizar el éxito futuro de su industria automotriz, sobre todo ahora que se están eliminando gradualmente los motores de gasolina y Diesel, tecnologías que dan forma a la mayoría del parque móvil inglés. Con la gigafactoría de Britishvolt se había previsto la producción de hasta 300.000 baterías anuales para coches eléctricos, algo que, como cabe esperar, ya no ocurrirá y dejará a Reino Unido en una situación muy delicada en cuanto a las posibilidades de atraer o mantener la producción de la próxima generación de vehículos cero emisiones.