Audi presenta el R8 LMS GT4: escalón de acceso a las carreras

En esencia, la máquina presentada por Audi es un R8 V10 de 2017 derivado directamente del modelo de producción. Tanto es así que incluye más de un 60% de sus componentes y se construirá íntegramente en la misma planta de Böllinger Höfe, en Heilbronn –Alemania–. Mecánicamente mantiene el propulsor FSI V10 atmosférico del R8 de producción, pero se ha reducido su potencia a 495 caballos, en lugar de los 540 habituales. Recurre a la propulsión trasera –no a la habitual tracción quattro– con diferencial autoblocante y equipa una caja de cambios secuencial de doble embrague con siete velocidades. Además, cuenta con frenos más potentes, suspensión específica y neumáticos de competición.

El interior se ha vaciado casi por completo para reducir el peso y alojar la jaula de seguridad; su único bacquet cuenta con arnés de seis puntos. En cuanto al aspecto exterior, la carga aerdinámica se ha incrementado con un gran alerón trasero, se ha rehubicado la salida de escape e incorporado un difusor de cola. 

Audi todavía trabaja en el desarrollo de este modelo, todavía pendiente de homologación, si bien hará acto de presencia en las 24 Horas de Nürburgring –del 25 al 28 del mayo–. La producción de los primeros ejemplares encargados por clientes particulares no comenzará antes del mes de junio y, en algún momento de 2017, se someterá a un proceso de homologación definitiva. Luego pedirán su aprobación para participar en carreras de la categoría GT4.

Según Stephan Winkelmann, director de Audi Sport, la casa de los cuatro aros es unos de los fabricantes que más deportivos homologados de categorías GT3 y TCR vende a clientes privados. Con la incursión en la categoría GT4, se prevé que esta unidad de negocio crezca más rápidamente, máxime cuando esto es justo lo que ha sucedido con otras marcas que también se han lanzado a fabricar coches de esta categoría. Es el caso de Porsche o Mercedes-Benz con sus Cayman GT4 y AMG GT4, respectivamente.