Aston Martin dice adiós a la artesanía

De esta forma y según anuncia Andy Palmer en calidad de Consejero Delegado del fabricante británico, algunas partes de las líneas de montaje pasarán a ser procesos robotizados con el fin de reducir los tiempos de fabricación y mejorar los costes por vehículo. Esta medida afectará por ejemplo a la línea de ensamblaje, al taller de pintura o a la fabricación de ciertas piezas por impresión 3D. A pesar de estos cambios se garantiza que la mayoría de proceso de producción seguirá siendo a mano.

Esta decisión, que en cierta manera rompe con la esencia de Aston Martin, está motivada por los malos datos económicos que ha registrado la marca en los últimos seis años. Inmersa de manera sistemática en números rojos a pesar de la pomposidad que puede representar el lanzamiento del Aston Martin DB11 o la presentación del AM-RB 001, lo cierto es que la marca cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas de 146 millones de euros, cifra que duplica los números rojos de un año antes.

La decisión de robotizar algunas partes de las líneas de producción de la factoría de la marca en Gaydon (Inglaterra) es la segunda parte de un plan que ya obligó a Aston Martin a recortar su plantilla en 300 empleados. Actualmente en la fábrica central de la marca trabajan un total de 1.800 personas a la espera de la apertura de la nueva planta que la marca tiene previsto abrir en St. Athan (Gales) en 2018 y que por supuesto incorporará de entrada estos nuevos sistemas robotizados.