Sorpasso: la gasolina gana la batalla

En los seis primeros meses de este año sólo el 37% de los compradores se han decantado por turismos que usan gasoil como combustible, mientras que el 57,2% han preferido motores a gasolina; el resto corresponde a vehículos eléctricos, híbridos o a gas.

Con respecto a los seis primeros meses del pasado año, los Diesel han perdido casi 13 puntos de penetración, mientras que los motores de gasolina han ganado 11,5% puntos… pero la cifra es brutal si tenemos en cuenta que hace una década el 71% de los turismos eran Diesel.

En sólo 30 años, el mercado Diesel ha pasado de la casi marginalidad –11,5% en 1988– a la nueva decadencia, pasando por un periodo de imperio cuando entre 2006 y 2012 representaron casi el 70% del mercado, con una punta del 71% en 2007.

¿Cómo explicar una caída tan vertiginosa? Dos motivos se ha unido. De una parte, el ‘Dieselgate’ demostró que algunas marcas ؘ–especialmente el Grupo VAG– hacían tramas para esconder las emisiones reales de sus motores Diesel. De otra, una cierta concienciación medioambiental, sobre todo por parte de algunos ayuntamientos, que ven en el Diesel el enemigo público que les impide cumplir con las directivas europeas de calidad del aire.

Es cierto que durante años el Diesel ha sido alabado por sus menores emisiones de CO2. Precisamente el menor consumo de combustible junto al precio favorable del gasoil –gracias a su inferior fiscalidad– fue una de las causas de su auge. Por supuesto, combinado con una mejora tecnológica importante, sobre todo desde la introducción del turbocompresor, han ganado potencia, eliminado vibraciones y disminuido el ruido. El mayor par de los Diesel, especialmente su fuerza a bajas revoluciones, hacían además que conducción pudiera ser más relajada.

Pero ahora los ayuntamientos –y muchas autoridades nacionales– Han caído en la cuenta de que las menores emisiones de CO2 tienen una contrapartida: el aumento de las emisiones de NOx y partículas. Son muchos las grandes ciudades que sistemáticamente con los límites máximos de presencia de estas sustancias en el aire y se arriesgan a importantes multas por parte de la CE.

Estas mismas ciudades están estudiando e incluso algunas ya han anunciado importantes restricciones al tráfico, que sobre todo se cebarán con los Diesel, al menos en periodos de alta contaminación por el momento pero que corren el riesgo de poder convertirse en permanentes. También la intención del gobierno de equiparar la fiscalidad de gasoil de automoción y de la gasolina, lo que llevara a un aumento del precio del Diesel, o la posibilidad de que el impuesto de circulación sea más elevado para este tipo de vehículos. Todo ello sumado augura un desplome del mercado de ocasiones para los turismos con estas motorizaciones.

Encontramos la misma tendencia a nivel de entre 2016 y 2017, la cuota de mercado Diesel perdió casi 5 puntos y este descenso va en aumento. Algunos fabricantes ya anuncian el progresivo abandono de la motorización Diesel y apostar por la alternativa de la electrificación. Las nuevas normas de homologación previstas para los próximos años deben encarecer el precio de los motores.

Así que este 'descenso' no es algo puntual o coyuntural sino un camino que no tiene retorno.

Si quieres leer más noticias como ésta visita nuestro Flipboard