Si quieres un clásico para usar cada día, Alvis es tu marca

No es de extrañar que la mayor parte de nuestros lectores no hayan oído hablar de esta marca. Alvis era esencialmente británica y en 1967 cesó su producción, poco después de que el Grupo Rover la comprara. 

Quizá esta frase de una pista más para definirla: "El esquema es muy claro. Hay coches, buenos coches y supercoches. Los Alvis pertenecen a esta última categoría". Autocar fue quien imprimió esta sentencia en el verano de 1938, es decir hace ¡80 años!

Desde hace casi una década, Alvis ha renacido de una forma peculiar: recupera sus modelos míticos en forma de 'Continuation', es decir, respeta la técnica básica, las líneas, elegancia y lujo de entonces, ¡motores incluidos!, pero con las adaptaciones necesarias para poder comercializarlos en la actualidad en pequeña series. 

"Hacemos las cosas como se han hecho siempre", apuntan orgullos los hombres de Alvis. Respetan tan escrupulosamente la tradición que los modelos –producción limitada y por encargo– que se fabrican enteramente a mano, de forma artesanal. Cada uno de ellos requiere unas 5.000 horas de trabajo.

Alvis Car Company, la compañía actualmente propietaria de la marca, comenzó su actividad en 2009 siguiendo este camino, con los chasis, motores y piezas que quedaban en fábrica y, sobre todo, con acceso a todos los planos y documentación originales.

Eso sí, han tenido que hacer algunas concesiones, incorporar algunos elementos que el público actual exige por razones de confort o que son legalmente imprescindibles para ser matriculables: dirección asistida, un sistema de frenado actual, climatizador, sistema de sonido estéreo, incluso cambio automático y lo preciso para cumplir con la normativa de seguridad actual y superar los crash-test.

Cuando Alvis cerró hubo una empresa llamada Triángulo Rojo –en alusión al logo de la marca– que se hizo con piezas, recambios y planos y mantuvo una célula dedicada a restaurar y dar asistencia a los clientes de sus coches de turismo y gran turismo, mientras el negocio militar de la marca iba por otros derroteros.

Alvis, pese a que no tuvo éxitos relevantes en las grandes competiciones europeas, tenía un consolidado prestigio de pequeños deportivos y una amplia base de clientes. 

La firma británica debía buena parte de su prestigio a que introdujo muchas innovaciones en sus modelos de serie, que se ganaron rápidamente reputación por su eficacia. En 1927 ya tenían suspensión delantera independiente y en 1933 los Alvis fueron los primeros coches que ofrecieron cajas de cambio totalmente sincronizada, y de los primeros que equiparon servofreno y motores sobrealimentados por compresor Roots. En 1928 añadieron modelos de tracción delantera. El último modelo producido, el Drophead TF21, llevaba dirección con asistencia eléctrica.

De todas formas, en el campo del deporte cabe recordar que en 1928 un 'pequeño' Alvis con motor de 1.500 centímetros cúbicos fue sexto en Le Mans, precedido sólo por los potentes Bentley, Stuz o Chrysler de más de 4 litros. También es destacable que en 1925 un Alvis tomó parte en las 500 Millas de Indianápolis. Curioso, ¡estos modelos eran tracción delantera! Y tenían suspensiones independientes.

Alvis, como era bastante usual en su época al menos para las marcas de lujo, no fabricaba las carrocerías. Las encargaba a los mejores carroceros británicos y cuando estos cayeron en la órbita de grandes marcas o grupos, se dirigió al suizo Graber. La de los últimos Alvis de producción fueron elegantes y brillantes, muy buscadas.

Ahora, su oferta actual se basa en seis modelos con dos  chasis bautizados como 3 litros y 4.3 litros, porque cada uno de ellos va emparejado a un motor de esta cilindrada. Por supuesto, chasis de larguero y travesaños, con una carrocería de aluminio que va anclada en una estructura de madera de fresno.

Los motores se basan en los de entonces, pero puestos al día para cumplir las normas sobre emisiones y, obviamente, un sistema de inyección a suplantado a los carburadores. Así, el 4.3, en su tiempo era un motor muy moderno porque ya llevaba las válvulas en cabeza. Su producción estuvo en vigor hasta 1947, cuando se sustituyó por un seis cilindros de 3 litros. La versión actual, con inyección y encendido electrónico, ofrece 170 caballos, frente a los 135 de la época. El motor 3 litros de mediados de los 60 llegó a ofrecer 150 caballos.

El modelo emblemático –al menos desde mi punto de vista de quien escribe estas líneas n.d.r.– es el Bertelli Coupé. Otras carrocerías quizás son algo más modernas, pero el Bertelli tiene elegancia y algo especial. Monta el motor de 4.3 litros, que comparte con el Lancefield Concealed Hood y el Vanden Plas Tourer. Mientras que el Park Ward Drop y los dos Graber Super, coupé y cabriolet, llevan el motor 3 litros. 

En el fondo, Alvis se dirige a una clientela peculiar, aquellos que quieren un auténtico clásico que puedan utilizar prácticamente a diario.