Proyecto Aerotech, parte I: cómo desbancar a Mercedes del trono de la velocidad

Establecer un récord de velocidad para promocionarse no es algo nuevo. Es una forma peligrosa pero efectiva de llamar la atención de los rudos americanos. Ted Louckes, ingeniero jefe de Oldsmobile por aquel momento –marca que desapareció en 2004–, quería ensalzar las virtudes del nuevo motor de cuatro cilindros Quad 4, de última tecnología, con bloque de fundición, culata de aluminio y cuatro válvulas por cilindro.

Se formó así el proyecto Aerotech, una serie de vehículos experimentales de alta velocidad creados entre 1987 y 1992. Incorporaban la última tecnología en rendimiento y aerodinámica con la mera intención de romper récords de velocidad. En sus mentes, la marca del prototipo Mercedes-Benz CIII–IV con motor V8 turbo de 403,8 kilómetros/hora.

LA AERODINÁMICA LO ES TODO

El coche partía del chasis del monoplaza March 84C procedente de la Indy. Un chasis que, según dicen, fue con el que un tal Adrian Newey comenzó su andadura en competición, aunque lo que está claro es que su primer proyecto firmado fue el 85C.

La potencia provenía del motor Quad 4 de 2 litros, sobrealimentado para la ocasión. En total hubo dos versiones de éste: la Short Tail, preparada por Batten Heads en Detroit, solo montaba un turbocompresor para ofrecer una cifra estimada de 900 caballos. La otra unidad, Long Tail, llevada a cabo por Fuel Engineering en California, usaba dos turbos gemelos para producir unos 1000 caballos aproximadamente.

La carrocería del Aerotech fue creada por el personal de diseño de GM, con Ed Welburn a los lápices, artífice del Corvette C7 entre infinidad de otros modelos de GM. A Welburn le encantó la idea desde el principio, amaba los coches de Le Mans, por lo que no dudó en encargarse de los bocetos.

Inspirado por el Porsche 917, a los ejecutivos les encantó desde el principio. Welburn dijo: ''Tenía otras ideas en mente, pero los directivos quedaron encantados a la primera''. Por aquel entonces, el diseñador estaba ocupado con varios otros modelos de producción, por lo que él y el escultor Kirk Jones trabajaron desinteresadamente en las maquetas de arcilla de madrugada.

Las primeras pruebas aerodinámicas llevaron a redondear el frontal y la cúpula de la cabina, así como a mover las tomas de refrigeración de los lados a la parte superior de las aletas. El diseño original contemplaba también unas ruedas traseras cubiertas pero, aunque efectiva en términos de aerodinámica, los ingenieros de Goodyear expresaron su preocupación a que el calor hiciese disminuir la vida del neumático. El mejor artificio del Aerotech en términos aerodinámicos era, no obstante, que podía modificar el fondo del coche para controlar de una manera óptima la distribución de la fuerza aerodinámica, de adelante hacia atrás.

¿Y a quién encomendarían la tarea de ponerse a los mandos? Nada menos que el tres veces ganador de la Indy 500, A.J. Foyt, quien era algo escéptico sobre la estabilidad a altas velocidades del coche. Por ello, Oldsmobile produjo tres unidades del Aerotech original para probar las distintas aptitudes del motor Quad 4. Dos eran de cola corta, o Short Tail, con un pequeño alerón y uno de cola larga, o Long Tail, más eficiente.

A.J. Foyt a los mandos del Oldsmobile Aerotech Longtail

ROMPERÉCORDS

Se quiso realizar la primera prueba en Indianápolis, pero problemas burocráticos y políticos con otras marcas echaron por tierra ésta posibilidad. A finales de 1986, con el proyecto ya construido, se puso en marcha la primera prueba en el campo de pruebas de GM en Mesa, Californa. Foyt enseguida se encontró cómodo con el coche y lo llevó hasta la marca de los 350 kilómetros/hora. Aunque lejos del objetivo, se mostraba muy confiado, no esperaba que el Aerotech fuese tan estable.

Los integrantes del proyecto, de todas formas, comprendieron que necesitaban más tiempo y dinero, por lo que confirmadas las sensaciones del piloto, desarrollaron la anteriormente mencionada versión Long Tail, de 1000 caballos. Finalmente, el 26 de agosto de 1987 en la pista de pruebas de Fort Stockton, Texas, de 12,4 kilómetros, A.J. Foyt y el equipo volvían a la carga.

En las primeras tandas con el Short Tail apenas igualaban la velocidad registrada por el Mercedes, así que decidieron realizar algunas mínimas modificaciones a pie de pista, como tapar la entrada de aire del morro. Finalmente, Foyt hacía acopio de valor y se subía al Long Tail. Y, ahora sí, batía el récord mundial de velocidad en pista cerrada alcanzando en algunos momentos puntas de más de 467 kilómetros/hora. Al día siguiente, logró también el récord de ''Flying Mile'' –consistente en la velocidad media de un vehículo saliendo lanzado desde un punto y durante 1 milla–, con una velocidad máxima de 431.11 kilómetros/hora, un registro que permanece intacto todavía. De vuelta al Short Tail, finalmente formalizó el récord con 413.8 kilómetros/hora, y se dice que los motores nunca llegaron a utilizar toda la potencia disponible.

La buena repercusión del Aerotech se usó como reclamo en anuncios, folletos e incluso en algunos salones, donde apareció una versión estática con un interior algo más trabajado. Después de aquello, los modelos fueron guardados en el almacén, relegados a la historia, aunque una nueva versión del proyecto tomaría forma cinco años después...