Pantallas hápticas: cómo funcionan y futuro a la vista

Las pantallas táctiles se han convertido en un dispositivo indispensable en los interiores de nuestros automóviles actuales. La enorme cantidad de funciones, controles y modos de funcionamiento que hay a nuestra disposición realza la necesidad de facilitar su accionamiento. Agotado el espacio en el volante y con el auge en la última década de los 'smartphones', el paso era bastante obvio.

Sin embargo, a la supuesta sencillez de utilizamiento se une un problema derivado de la ausencia de botones físicos, y es que el conductor debe desplazar la mirada de la carretera para asegurarse de que ubica el dedo en el lugar correcto –en caso de autopistas, la distancia puede ser de 40 metros–, lo que conlleva un riesgo añadido al volante.

En los últimos tiempos han aparecio innovaciones aplicadas como las pantallas hápticas, las cuales permiten emular la presión de un botón sin dejar de ser táctiles, algo que permite acometer el problema anteriormente mencionado así como resultar más familiar al usuario más tradicional.

Las pantallas hápticas principalmente hacen uso de cristales piezoeléctricos incrustados tras la lámina principal. Este cristal se expande al hacerle circular una pequeña corriente eléctrica cuando presionamos sobre él, lo que genera la impresión de estar haciendo un 'click‘. Acompañado de ello suele ir un sonido para aumentar más la sensación.

Éste es el caso de Hyundai, quien lleva desde el año 2015 con el desarrollo de esta tecnología en el volante para facilitar el acceso a las funciones deseadas para el conductor. Recientemente, el nuevo Tucson ha sido el primer modelo de la firma en ofrecerlo como opción.

Otras marcas como las alemanas Audi y Mercedes hacen uso de actuadores electromecánicos para emular la sensación de presionar un botón. La casa de los cuatro aros lo hizo debutar en 2017 con su buque insignia, la cuarta generación del A8. En el caso de Mercedes, su 'Hyperscreen‘ presentada en el EQS hace uso de hasta 12 de estos actuadores.

Los británicos de Jaguar–Land Rover han realizado estudios y ensayos en este ámbito al añadir a la receta técnicas predictivas con cámaras. El sistema detecta qué función se quiere activar antes de que el usuario presione la pantalla, un hecho que permite aumentar la velocidad de selección en un 22%.

Las investigaciones más cercanas en el tiempo plantean introducir pequeños actuadores con masas rotatorias excéntricas para poder así variar la intensidad de la vibración. Se trata, a grandes rasgos, del mismo mecanismo utilizado en los mandos vibratorios de videoconsolas.

El futuro más lejano, por su parte, presenta diversas innovaciones en este campo, tales como la inclusión de ondas ultrasónicas, las cuales permitirán hacer saber al conductor qué función va a activar antes incluso de que éste toque la pantalla, mediante la creación de vibraciones en el aire colindante.

Otra tecnología en desarrollo es la de la empresa Tanvas, cuyo propósito es ofrecer una pantalla que realce las superficies según los gráficos mostrados en la pantalla. Ésta cambiará la fricción al paso de nuestro dedo en conjunción con las imágenes mostradas y las funciones a activar, tal y como si estuviésemos tocando realmente los grafismos.