Ascari: una marca multinacional… de la cual no se ha perdido todo

Lee Noble era un ingeniero y piloto de carreras británico que soñaba con construir sus propios deportivos. Participó en el desarrollo del primer Ultima a comienzos de los años 80 para posteriormente pasar a fabricar sus propias réplicas. No fue hasta comienzos de los 90 cuando comenzó su verdadero proyecto, bajo el nombre de Ascari, en homenaje al piloto italiano y primer doble campeón del mundo de Fórmula 1. De ahí nació el FGT, con un motor V8 de origen Chevrolet montado en posición central.

El coche llamó la atención de Klaas Zwart, un empresario holandés –otra nacionalidad añadida– aficionado al mundo del motor. Decidió invertir muy fuerte en la empresa de Noble para desarrollar tanto una versión de carretera como una de competición. Ésta equipará también un V8, pero ahora de origen Ford, con la cual cosecha muy buenos resultados en el campeonato de GT británico.

Por su parte, para la versión de carretera consiguen hacerse con los servicios de un V8 de origen BMW con puesta a punto por parte del preparador Hartge. De esta versión, denominada Ecosse, se realizaron en total 17 unidades durante el período de 1998 al año 2000. En ese tiempo salieron tres variantes de motor, con la original de 4.4 litros y 300 caballos, pasando por una de 4.7 litros hasta llegar a los 5.0 litros y 420 caballos. Se operaba a través de una caja secuencial, al puro estilo de competición, y lograba alcanzar los 320 kilómetros/hora gracias en gran parte al uso del kevlar y la fibra de vidrio en la carrocería.  

Al término de esta tirada y mientras la firma comienza a desarrollar el que será el deportivo que los lleve a la fama, Noble decide seguir su camino y fundar la marca que lleva su nombre, de modo que Zwart se hace cargo al completo de Ascari a la vez que comienza a construir su pista de pruebas en el sur de España, orientada también a servir como un resort vacacional para los aficionados. Por su parte, la línea de montaje, completamente artesanal, se establece en Banbury. Reino Unido.

A pesar de estar planeado inicialmente para 2001, es ya 2005 cuando Ascari reaparece con el KZ–1 –sutilmente, el anagrama de las primeras letras del propietario–. Tras el tortuoso desarrollo, la marca anuncia que el coche solo estará disponible en su circuito resort, pero por suerte, finalmente reculan y sacan el modelo a la venta.

El coche presenta el mismo esquema de motor BMW central, esta vez con el 4.9 litros del M5 E39 con 500 caballos de potencia, mientras que chasis tubular y carrocería se heredan directamente de la competición. Por supuesto, no contaba con ningún tipo de ayuda a la conducción. En el interior dominaba la piel y Alcantara, todo cosido a mano, con algunos toques de aluminio. El exclusivo vehículo se limita a tan solo 50 unidades, cada una facturada a un precio de de 340.000 euros, lo que lo convertía en el segundo coche británico más caro del momento. Una curiosidad: las ópticas delanteras estaban tomadas del… Peugeot 206.

La prensa alaba al modelo, al que califican de ''muy sólido'' para tratarse de un coche artesanal y de un pequeño fabricante. De fábrica, el coche salía con una puesta a punto de la suspensión que tendía al subviraje, de cara a que los conductores más inexpertos pudiesen disfrutar de su conducción, aunque se podía revertir esta opción. También se desarrolla una variante GT3 que toma parte en el campeonato europeo, donde logra resultados más que corre sus resultados son muy correctos, denominada KZ–R.

La marca se da cuenta del potencial de su creación, de modo que se apresuran a desarrollar una variante todavía más prestacional, el A10, supervisado por Paul Brown, un expiloto de Fórmula 1. El bloque motor se potencia hasta más de 620 caballos para un peso de poco más de 1.200 kilos. La aceleración era su registro más impresionante, con 2,8 segundos en el 0–100 kilómetros/hora.

Por desgracia, la liquidez de la compañía se agota antes de poder poner en producción este modelo y, antes de final de la década, la marca echa el cierre a su división de automoción. Actualmente, Ascari se centra en operar el complejo de Ronda y gestiona una pequeña estructura de competición que toma parte en las BOSS GP Series. En cuanto a la factoría donde se ensamblaban sus modelos, ahora sirve de centro neurálgico, nada más y nada menos, que para el equipo Haas de Fórmula 1.