¿Quién será el sucesor de Kalle Rovanperä? La pregunta está en el aire y nadie está seguro de poderla contestar.

Stirling Moss estuvo en un tris de ganar el Rally de Montecarlo. Fue en 1952 y sólo una placa de hielo que le sorprendió en el ‘circuito de regularidad’, una ruta de 50 kilómetros en el ‘arriere pays’ que pasaba por el Coll de Braus, le relegó a la segunda posición. Era en carretera abierta al tráfico y el promedio a cumplir era 45 kilómetros/hora, nada desdeñable.

Hace 30 años, Michael Schumacher alcanzó su primer título. Los aficionados lo recuerdan por dos hechos clave que marcaron la historia de la F1. El mortal accidente de Ayrton Senna en Imola y la carrera final en Adelaida, cuando Michael Schumacher se estrelló y de rebote el coche golpeó al de Damon Hill, impidiendo que éste le arrebatara la corona; una acción que despertó recelos en el paddock.

F1 y Dakar parece que tienen pocas conexiones, salvo la participación de algún ex piloto de la categoría en el Dakar o la de Fernando Alonso aprovechando su año sabático. Sin embargo, la victoria de Carlos Sainz en el Dakar tendrá sus repercusiones en la F1.
 

Por la F1 han pasado personajes variopintos, de toda calaña. Lujo, riesgo, adrenalina, popularidad, dinero, gloria o pasión, entre otros, son algunos de los ‘atractivos’ que despierta el automovilismo, que cada cual puede mezclar a su antojo.

La F1 en particular y la competición automóvil en general está repleta de historias fascinantes, increíbles. De momentos en lo que lo imposible se materializa y lo que parece adquirido se desmorona. De batallas en las que David le puede a Goliat.

En el Gran Premio de Italia de 1995, David Coulthard sorprendió a todos con una pole estratosférica en Monza. Relegó a Michael Schumacher y su Benetton a cuatro décimas, al Ferrari de Gerhard Berger, a ocho y a su compañero, Damon Hill, a 1,2.

En la historia de la F1 ha habido algunos equipos estadounidenses. Eagle, Shadow, Parnelli, Penske, Haas... son de sobras conocidos. Pero hay dos otras dos marcas apenas conocidas, Scarab y Sirocco. 

Sébastien Loeb ya lo dijo a medio Dakar, "El Viejo corre mucho". ‘El Viejo’, obviamente, era Carlos Sainz y la expresión tiene mucho de admiración y a la vez es una tremenda muestra de cariño.