En el espacio de pocas semanas se han dado una serie de acontecimientos ligados a la F1 que pueden tener notable repercusión en el mundo del automovilismo, al menos en lo que a circuitos se refiere.
La F1 no encuentra una fórmula alternativa a la pérdida de posiciones de parrilla para penalizar el estrenar elementos de motor nuevos, superando el ‘cupo’ autorizado para la temporada.
Claudio Lombardi, ingeniero y jefe del equipo Lancia-Martini en los grandes años del Lancia Delta Integrale y responsable de motores de Fórmula 1 en Ferrari, hizo una interesantísima disección sobre las reglas de motores de 2026 y lamentó que la redacción de las mismas prescinda de algunos de los elementos más interesantes que puedan trasladarse a los motores de serie y que se alejen de la investigación tecnológica en aras de la economía y la igualdad.
La superioridad actual de Red Bull en la Fórmula 1 parece incuestionable. Seis victorias consecutivas de Max Verstappen, 12 en 16 carreras, a la que hay que sumar un triunfo de Sergio Pérez, no dejan mucho margen a la controversia. Y mucho menos si a ello unimos que dos victorias de Ferrari en los comienzos de temporada las han propiciado problemas y un abandono de Max.
¿Es la Fórmula 1 la máxima expresión tecnológica del automóvil? Hace tiempo que me vengo haciendo esa pregunta y la respuesta no es positiva. Es más, hay que preguntarse qué papel juega la competición de coches cuando en categorías como los GT los coches deben ser desprovistos de potencia para cumplir las normas deportivas.
Este fin de semana se han producido dos conincidencias curiosas entre Fórmula 1 e IndyCar. Las han firmado Max Verstappen y Alex Palou. Ambos salían retrasados en la parrilla a causa de un cambio de motor y ambos han remontado para ganar de forma aplastante.
La mayor parte de pilotos felicitaron a Nyck de Vries por su magnífico debut en Monza. Algunos de ellos hicieron públicos comentarios elogiosos sobre él. Lo cierto es que vista su actuación, el Gran Premio de Italia no no debería quedar como una excepción, sino todo lo contrario: abrirle las puertas de la permanencia en la categoría reina.
La ruptura entre Red Bull y Porsche puede facilitar el retorno de Honda a la Fórmula 1 o, mejor dicho, la continuidad de Honda y Red Bull más allá de 2025.
En la cumbre deportiva de la Fórmula 1 mañana en Monza debería haber un punto clave sobre la mesa. Quizás debería ser el único punto clave o, al menos, el más importante: el coche de seguridad y todo su procedimiento anexo.
En Italia llaman a Monza 'El Templo' –de la velocidad se entiende–, pero no es un templo cualquiera. Al menos para la Fórmula 1 es 'La Catedral'. Los números lo avalan.
