Vijay Mallya se consuela de sus problemas judiciales y los de de Force India con una tercera boda

El administrador delegado del equipo Force India vive exiliado en Londres desde marzo de 2016 y está en libertad bajo fianza desde hace un año, desde India solicitó su extradición.

Mallya –que no acude a los circuitos, salvo Silverstone, para evitar una eventual detención y extradición– ha anunciado su próximo matrimonio con Pinky Lawalni, ex azafata de Kingfisher Airways, la quebrada compañía aérea que fuera de propiedad del magnate indio, a la que conoció en 2011 cuando le ofreció trabajo. Desde entonces ha acompañado a Mallya a los circuitos y le ha seguido en el exilio londinense.

La boda debe celebrarse en cuanto Mallya ultime la oficialización del divorcio con su segunda esposa, Rehka Mallya, con quien se casó en 1993. Se da la circunstancia de que su primera mujer, Saameera, también era azafata de la misma compañía aérea.

Mientras tanto, en India ya han comenzado las expropiaciones de sus bienes, al no haberse presentado ante la justicia, Mallya vive en Londres pendiente de su extradición. Mientras las autoridades de India le acusan de diversos y graves irregularidades y delitos financieros, entre ellas la quiebra de su compañía aérea, Mallya sostiene que se trata de una venganza política. 

Recordemos que Mallya era miembro del Parlamento. La jueza que lleva el caso, en una vista a primeros de este mes, dijo que el caso le parecía un rompecabezas y que algunos bancos no fueron diligentes en el momento de ofrecer créditos a la quebrada línea aérea. Hace un par de años, Mallya debió cerrar un pleito con sus socios, la multinacional de bebidas Diageo, abandonando el control de la sociedad que ambos tenían en India.

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