Sochi, la prueba del algodón para Ferrari

Las dos victorias en Spa y en Monza entraban dentro de lo factible. El motor Ferrari es el más potente del momento y los dos circuitos precisamente resaltan este dato… aunque precisamente esta potencia haya levantado suspicacias entre sus rivales.  

Pero de ahí a ganar en Singapur, sobre todo después del fiasco de Hungría, media un abismo. De hecho, incluso nosotros pensábamos que en Singapur se volvería a la cruda realidad anterior. Hasta el propio Martino Binotto admitía que en Marina Bay posiblemente iban a tener problemas: ausencia de rectas, curvas en ángulo recto y lentas, nada menos que 23 virajes y sólo un 63% de tiempo con el pie a fondo.

Pero en la noche del Lejano Oriente, los coches de la Scuderia dieron vuelco a todos los pronósticos. Es cierto que Ferrari llevó a Singapur una ala delantera y un difusor nuevos, que a priori proporcionaban un aumento de la carga aerodinámica sin perder resistencia al aire de forma signiticativa. Pero, ¿fue ésta la única razón?

"Ahora comprendemos mejor el coche. Sabemos cómo equilibrarlo, el ritmo para poder sacar el máximo partido de las gomas", señaló Binotto. Hasta la fecha, el déficit de carga había impedido a Ferrari mantener las gomas en la ventana útil de eficacia.

Quizás se infravaloró un hecho: en Singapur se usaban los Pirelli C5, los mismos neumáticos que en Mónaco y Canadá dieron buen resultado a los rojos por el agarre que proporcionaban.

Esa fue una carrera que Ferrari ganó el sábado. El ritmo de carrera de Mercedes era algo mejor, pero en las rectas ni con DRS podían con los rojos; de hecho los Ferrari sacaban 15 centésimas en las rectas. Ese motor cuenta, aunque Binotto sostenga que el haber ganado en Singapur demuestra que no todo es motor, aunque admite que en clasificación puedan tener 20 caballos de potencia extras sobre Mercedes, pese a que en carrera la diferencia se reduzca a la mitad.

En Mercedes han sonado las alarmas. Sochi tiene una serie de curvas como Singapur, pero también algunas rectas importantes donde prima la potencia. Y en el resto de la temporada quedan dos carreras, como Suzuka y Austin, donde pueden tenerlo todo a su favor.

No, el título de Lewis Hamilton no está en peligro, tampoco la corona de constructores para Mercedes. No duden que si Charles Leclerc hubiera tenido posibilidades reales –otra cosa son las matemáticas– en Ferrari hubieran pedido a Vettel que cediera paso.

En cualquier caso, espero impaciente el veredicto de este fin de semana. Hay dos puntos que me interesan: el primero, comprobar el valor real de Ferrari. El segundo, comprobar si la elección táctica de Ferrari en Singapur, que benefició al final a Vettel, no pasa factura. Leclerc está con la mosca tras la oreja por ello, como si no tuviera muy claro si en Ferrari hubieran querido elevar la moral de Vettel.

Respecto a lo primero, Binotto también tiene curiosidad para comprobar que "nuestras evoluciones funcionan también en este circuito. El asfalto es muy liso y resultará más complicado mantener las gomas en temperatura. Es cierto que tiene curvas en ángulo como Singapur, pero también tiene rectas largas así que la configuración aeordinámica es diferente". Pero también llevarán gomas más duras… y, sobre todo, correrán en una pista que es una asignatura pendiente para Ferrari todavía. Cinco ediciones, cinco victorias Mercedes y uno de los pocos Grandes Premios que faltan en el palmarés de los de rojo.