Silly season: de colocar a Alonso a salvar McLaren

Todo comenzó incluso antes del primer Gran Premio, en la pretemporada en Barcelona, cuando por tercer año consecutivo quedó claro que el triángulo amoroso entre McLaren, Honda y Fernando Alonso, hacía aguas, especialmente por el bando nipón.

Los rumores de ruptura, de estallido inminente de las relaciones, han sido una constante, alimentada tanto por el asturiano como por el equipo de Woking, ante la evidencia de que corrían a la 'pata coja', debido precisamente a que fallaba una pierna, la de Honda, frente a los rivales de cabeza… y a otros que en condiciones normales no deberían serlo. La frustración nace de la evidencia de que todo lo soñado en la preparación de la temporada se iba al traste y en la aparente cerrazón de los japoneses, para los que su 'tempo' no es suficientemente 'vivace' para la Fórmula 1, sino excesivamente pausado.

Durante los primeros cinco Grandes Premios, hemos asistido a la reacción de los 'alonsistas' y también de amantes del automovilismo, a los que desgarra ver un talento dilapidado por falta de motor perder el tiempo y los títulos sin la oportunidad de defenderse. 

La primera parte de la temporada ha estado marcada por los intentos de colocar a Alonso en un 'equipo puntero de verdad' en 2018. Aunque pare ello fuera necesario abrir camino con forceps y 'eliminar' a pilotos de primer nivel con equipo en vigor. La posible retirada de Lewis Hamilton, la necesidad de Mercedes de alguien mejor que Valtteri Bottas, la frustración de Sebastian Vettel si no ganaba en Ferrari o la necesidad de la Scuderia de deshacerse de Kimi Räikkönen, han sido argumentos recurrentes. Las puertas de Red Bull se avocaron con mayor timidez hasta que el propio Alonso las ha dado ya por cerradas.

Argumentos desmentidos por los equipos y con connotaciones entre bastidores que juegan su papel –de la multa de 100 millones a McLaren Mercedes en 2007 a la marcha de Ferrari en 2015– al menos mientras los equipos dispongan de otras alternativas. 

Quizás por todo ello, incluso han querido colocar a Alonso en Williams o incluso en Force India, por no hablar de Renault, hasta que los franceses han dicho claramente que les quedan al menos tres años más para poder luchar por el título.

La situación ha dado un giro tres la actuación de Alonso en las 500 Millas de Indianápolis. Ha hecho correr más tinta que lo que llevamos de temporada de F1. No sé si la familia de la F1 ha visto en esta acción un tema de marketing, una maniobra de McLaren para contentar a Fernando  y preservar su talento y la continuidad en sus filas, o una advertencia de ambos a Honda. Advertencias que las gentes responsables de McLaren ya no disimulan. Especialmente desde que, según los datos que toman en pista, se han convencido de que tienen uno de los mejores chasis de la parrilla. 

Y así se ha pasado a la segunda fase de los rumores, posiblemente potenciados por las dificultades que existen para encontrar un acomodo de primer nivel para Alonso.

Así que, ante la evidencia de una más que probable continuidad del asturiano en Woking, lo que se trata es de encontrar un motor para McLaren en sustitución del anémico Honda.  Entre otras cosas porque la influyente prensa 'british', amante de las tradiciones, no quiere perder el segundo equipo con mayor palmarés y leyenda de la F1.

Ya hemos escrito en este mismo blog que para McLaren en estos momentos es prioritario conservar a Alonso y si deben optar entre el 'Nano' y Honda, no tendrá ninguna duda.

Si en el caso de Alonso el problema era encontrar asiento, en el de McLaren el problema, mucho más que la ruptura con Honda, es encontrar motor alternativo. También lo hemos dicho. Como también hemos insistido que la sustitución del motorista es difícil, no ya por la ruptura de contrato, sino por conseguir un motor alternativo.

Se ha hablado de alguna ayuda de Mercedes a Honda. De usar un motor 'marca blanca' o rebautizado Mercedes, de Ferrari e incluso, por descarte, de Renault. De un trueque entre Williams y McLaren. Incluso de que el grupo Volkswagen está próximo a entrar. E incluso de que Mercedes podría ofrecer un motor-cliente en 2018 en una operación puenta para que Honda pueda trabajar un año preparando la 'oposición' con una cierta tranquilidad sin necesidad de para evaluación cada 15 días.

Alonso se da de tiempo hasta pasado el verano. McLaren, también. Honda trabaja a contrarreloj, pero su tarea es titánica, casi trabajo de Sísifo. Pero la presión aumenta y todos juegan a la desesperada. A falta de alternativas, quizás estén condenados a 'entenderse' de nuevo, a recomponer el frágil trío. Lo cierto es que el tiempo empieza a correr en contra de todos. Entre tanto, la 'silly season' va en aumento. Un crecimiento exponencial conforme pasan los días y no se mueven fichas.