Si el nuevo Haas va deprisa, no les extrañen las polémicas

Muchos pensaban que Sauber estaba llamado a ser el equipo B de Ferrari. El hecho de haber colocado a Charles Leclerc en el equipo y el rapidísimo 'sí' a los suizos, cuando estos rompieron el contrato con Honda para seguir con los motores, Ferrari así parecía indicarlo… aunque al final haya sido a través de 'Alfa Romeo', para ayudar al relanzamiento de esta marca.

Pero Kevin Magnussen ha marcado grandes cronos este invierno en Barcelona y Romain Grosjean no se ha quedado a la zaga. Con las correcciones por los neumáticos están arriba, muy arriba.. 

Entre Haas y Ferrari hay muchas sinergias, más de las que pudieron parecer hace unos meses. Ferrari no pudo hacer entrar a ninguno de sus protegidos e incluso se ha prescindido de Antonio Giovanazzi para hacer algunos entrenamientos libres del viernes por la mañana, como hizo en 2017.

Algunos quieren ver en el VF-18 una 'copia corregida' del Ferrari del pasado año. Seguramente una exageración….o quizás una 'preexcusa', por si los americanos logran dar el gran salto en el Campeonato desde el octavo puesto en el Campeonato de Constructores que lograron en 2017, por delante de Sauber y McLaren. Tienen como punto de mira a Williams y Toro Rosso y no descartarían incluso superar a Force India, que este año parece que está en dificultades.

Más que un coche nuevo, el Haas VF-18 parece una ordenada evolución del coche del año pasado. El VF-17 tenía falta de consistencia, un poco todo o nada –al estilo de sus pilotos, ciertamente– y tanto parecían competitivos, como perdidos, acusando mucho una cierta falta de adaptación o compresión de los neumáticos.

Más que innovar, parece que los hombres liderados por Guenther Steiner han trabajado para pulir estos detalles, poner orden en casa, equilibrar el coche y entender las gomas.

Pero si todo va bien, si el coche consigue estos resultados, seguro que salta la liebre. Se acusará de exceso de sinergias entre Ferrari y Haas, más allá de motor y cambio. Se tachará a los americanos de 'equipo cliente', o de 'escudería' en lugar de constructor. Y se pedirán mil y una aclaraciones a la FIA sobre muchos detalles.

Muchos se preguntarán cómo un equipo que ocupa las instalaciones de la difunta Marussia, que no construye sus chasis…porque los encarga a Dallara; que tiene un jefe aerodinámico salido de Ferrari –Ben Agathangenlou–; que tiene su base en Kannapolis, junto a Charlotte, en el lugar en el que está la Nascar ubicada casi al completo; que no tiene túnel de viento propio –aunque Carl Haas es socio de uno de los más grandes túneles de viento del mundo, escala 1:1 y con capacidad para dos coches, en el que la Nascar hace sus estudios oficiales– puede lograr estos resultados.

Todo está por ver en Melbourne, pero presten atención.

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