Sainz celebra su primer centenario... llegarán más

Carlos será el tercer español en el club, por detrás de Fernando Alonso –311 carreras– y Pedro Martínez de la Rosa –104–.

Sainz celebra este hito en el mejor momento de su carrera deportiva, que prueba que todos los rankings lo consideren el mejor piloto de la media parrilla. Es el mejor del resto. Expertos y aficionados saben que no tiene coche para ganar, pero ven que tiene manos para hacerlo.

La de Carlos ha sido una maduración lenta, de esas que consiguen que al final el producto sepa mucho mejor y que se fijen en él los ojos de todas las personas que deciden cosas importantes de cara al futuro –todas salvo el realizador de la televisión–.

Talento tiene, sin duda. Pasión y entrega a su trabajo no le faltan ni un ápice. Ha tenido que pelear contra tres tabús: los prejuicios de ser el hijo de un bicampeón del mundo de rallies, la comparación y convivencia con Fernando Alonso cuando los aficionados ya tenían al ídolo que precisaban y un debut al lado de Max Verstappen, insolentemente mediático, que acaparó las atenciones del equipo, medios y aficionados.

Es curioso que hoy muchos se preguntan si Verstappen de verdad madurará algún día al mismo tiempo que se sorprenden de que Sainz haya escalado posiciones en el Mundial, distanciándose de la zona media y erigiéndose en el líder indiscutido de McLaren.

Puede que muchos consideren que 100 Grandes Premios para hacerse visible es mucho. Antes se tardaba mucho menos, porque con 60 o 70 carreras los pilotos tenían tiempo de ganar carreras e incluso títulos. Pero entonces se aprendía el oficio como probador, acumulando kilómetros. Fernando hizo en el 2002 previo a Renault tantos kilómetros como Carlos en sus cuatro anteriores temporadas, o prácticamente los mismos. Y eso es mucho teniendo en cuenta que los coches de ahora son mucho más sofisticados, que el salto entre la Fórmula 2 o las World Series es superior al que existía antaño desde la Fórmula 3000.

Su ascensión a la Fórmula 1 no fue fácil. Sus compañeros en el programa de Red Bull fueron Daniil Kvyat y Pierre Gasly. Pasó por momentos difíciles en la Fórmula Renault y la GP3, pero se rehízo en las World Series by Renault. Podría haber sido su última temporada en el programa, porque en verano Helmut Marko confirmó que el hueco que quedaría libre lo ocuparía Verstappen. El inesperado salto de Vettel a Ferrari le abrió de nuevo la puerta.

Carlos ha crecido en la Fórmula 1. Si en 2015 se encontró una Toro Rosso volcada en Verstappen, supo no desentonar. También cumplió en las primeras carreras de 2016, hasta que subieron a Max y bajaron a Kvyat. A partir de aquel entonces fue el referente del equipo, pero teniendo en cuenta la política de Marko de tratarlos como gladiadores, los caprichos del austríaco podían ser más un lastre que un camino de futuro.

Sainz forzó su paso a Renault y sobrevivió a la inesperada apuesta de los franceses por Daniel Ricciardo para recalar en McLaren, donde asumió el volante que había dejado libre Fernando Alonso, volante que llevaba añadida la responsabilidad de ejercer de líder del equipo. Con un debutante como Lando Norris a su lado, por primera vez Carlos era la referencia de un equipo.

Ha asumido el rol. La mejor prueba de ello la hemos tenido este fin de semana cuando Zak Brown ha dicho que no hay sitio para Fernando Alonso en la McLaren de la temporada 2021. Zak ya lo había asumido. Señal clara de que cree en su dupla actual.

Carlos está seguro de si mismo. Toma la responsabilidad del control y eso se nota en sus declaraciones. Serán serias y profesionales, sí, pero a la vez convincentes y exigentes. Es el siguiente estadio. Ha mejorado en clasificación y en carrera es más consistente que nunca.

Carlos tiene otro año de contrato con McLaren, pero todo indica que tendrá muchos más por delante. ¿Podios y victorias? Habrá que esperar. Zak Brown dice que eso queda para 2022. Y, aunque no lo cita, seguro que piensa conseguirlo con Carlos.

Uno diría que Carlos no celebra haber llegado a centenario, sino que está tan sólo ante el primero. Seguro que conseguirá el segundo.