Pikes Peak o cómo un grupo de amigos puede llegar a lo más alto

Sin embargo, esta diferencia de tiempo no quita ningún mérito a su victoria porque en realidad comparar el crono de Dumas con el de Shute es comparar a David con Goliat… y en este caso, David es este joven ingeniero británico, afincado en la actualidad en California. Su historia es de esas que pone en valor el mito del sueño americano… al más puro estilo Silicon Valley.

Dumas, en su intento, tuvo todo el apoyo del grupo Volkswagen detrás. La marca germana dedicó varios millones de euros a este desafío, al que aún hoy sigue sacando jugo en múltiples intentos de récord. La más avanzada y sofisticada tecnología, un nutrido grupo de ingenieros a su alrededor, un motor eléctrico de 1.000 caballos de potencia, aerodinámica cuidada en el túnel de viento y un coche fabricado con los mismos medios que se emplearían para ganar las 24 horas de Le Mans.

Pero Shute no podía permitirse todo eso. Él y sus amigos, autodenominados Sendy Club, tienen una mascota que es un pato de goma, Dave –que se hincha conforme gana altura la subida–. Ellos habían sido despedidos de Faraday Future –esa marca de coches eléctricos que nace, muere y se reencarna, pero que no parece lograr arrancar– y decidieron lanzarse a esta loca aventura que tanto les había cautivado en 2017. Cuando aún estaban en Faraday Future, prepararon uno de los prototipos de este coche eléctrico para atacar Pikes Peak.

Sus medios eran limitados y su departamento de competición, el garaje de uno de ellos. Shute, al menos, tenía un cierto bagaje de carerras: era de Norfolk y había disputado algunas carreras de GT en Gran Bretaña con un Lotus Evora GT4… no en vano, su padre había trabajado en Lotus.

¿Cómo fabricar un coche sin presupuesto? Pues con piezas de aquí y allá, al más puro estilo de buena parte de los participantes en la mítica carrera. Un chasis biplaza Wolf comprado en Canadá, un motor Honda 4 cilindros, de 2.1 litros, preparado por HPD al que incorporaron un turbo. En total, 650 caballos de potencia para 518 kilos de peso.

Ésta era la tercera participación en la prueba. La de Faraday Future en 2017 fue la primera. El año pasado no pudieron completarla: comenzó a llover y les detuvieron a mitad de recorrido. Y este año temieron que tampoco llegarían a la cima. Muchos problemas de motor en los días de pruebas "y el domingo el motor comenzó a fallar en los últimos kilómetros si no hubiera bajado de los 9", dijo un feliz Shute.

Su tiempo no resiste la comparación con la del Volkswagen eléctrico, cierto, pero es meritorio, muy meritorio. En 2017 y 2015 el mismo Dumas ganó la prueba con una barqueta Norma con tiempos de 9'05'' y sólo en 2016 bajó de los nueve minutos, para marcar 8'51''445.