Nascar: Los 16 elegidos para la gloria

Este lunes terminó la temporada regular con la Brickyard 400, en la que se impuso Brad Kaselowski. Y ahora comenzarán los playoff, a los que tienen acceso los 11 pilotos que han ganado alguna carrera más otros cinco que son los que más puntos han sumado a lo largo del calendario, aunque no hayan cruzado la línea de meta en primera posición.

Kaselowski venció en Indianápolis tras una batalla durísima con Denny Hamlin, dando a Roger Penske su primera victoria en el mítico óvalo con stock-cars. Penske ya sabe lo que era ganar ahí, en esa sacrosanta catedral, pero en IndyCar, algo que ha logrado en 17 ocasiones.

Los 16 pilotos clasificados para esta serie final parten con una bonificación de 2.000 puntos que se suman a los conseguidos en la temporada oficial. 50 en el caso de Kyle Busch y Kevin Harvick, que parten con 2.050, y cero en caso de Jimmie Johnson y Alan Bowman, que comienzan con 2.000.

Ninguno de los pilotos restantes de la temporada regular tiene posibilidades matemáticas de alcanzarles. Un bonus que propicia que las diferencias entre ellos sean mínimas, por lo que pueden pasar muchas cosas.

El Chase es aún más despiadado que la temporada regular. Cuatro pilotos quedarán excluidos de aquí tres carreras. Aquellos que ganen y que más puntos sumen pasarán a la siguiente fase, donde 12 pilotos competirán por sobrevivir y superar el corte. En la tercera fase accederán ocho pilotos, de los que saldrán cuatro que se jugarán el título en la última carrera del calendario.

No es un play-off fácil. En pista hay 40 coches que hacen de árbitros del duelo, que pueden eliminarles en cualquier momento, restarles puntos… o ayudarles restándolos a sus rivales. Y eso, cuando las diferencias de puntos son mínimas, da a las carreras una espectacularidad y emociones fuera de lo común. No sólo hay que estar pendientes de la victoria, sino de cómo van tus rivales directos. Los estrategas acabarán desquiciados.