Mercedes quiere confirmar su dominio; Red Bull, ponerlo en jaque

En estas circunstancias hay tres aspectos en los que está el interés de la afición. El primero de ellos es saber si Mercedes mantendrá el cómodo dominio mostrado en Austria o bien Red Bull, al menos el de Max Verstappen, será un incordio para ellos. Una nueva victoria de las flechas negras convertiría este mundial en un paseo triunfal para ellos.

Es curioso ver que Red Bull, que tiene fama de disponer siempre del mejor chasis, de la mayor carga aerodinámica, desde 2010 sólo ha ganado en dos ocasiones en Hungaroring, en 2010 y en 2014. Está claro que la teoría de las carreras es una y la cruda realidad, otra.

Eso sí. Existe un cierto morbo en conocer el resultado. Si Hamilton se impone a Bottas o bien si Bottas consigue hacer suyo este Gran Premio. En el primer caso, la batalla por el título parece predeterminada; en el segundo, puede a ver batalla fratricida, como la que en su día hubo entre Nico Rosberg y Lewis. Por cierto, si Lewis gana, habrá ganado en ocho ocasiones el GP de Hungría y habrá igualado así un récord de Schumacher, el de más victorias en un GP.

En un trazado donde adelantar es realmente complicado, la clasificación puede tener una importancia decisiva, aunque también la táctica, como se vio el pasado año, cuando Hamilton, al ver que era imposible superar a Verstappen, se la jugó a la carta de una parada extra, montar neumáticos medios y hacer valer la velocidad de las gomas más frescas y blandas para acabar imponiéndose en el último momento.

Pero para el sábado están previstas tormentas y ello nos puede dar una clasificación tan espectacular como la de Hungría y animar mucho la carrera porque el domingo se prevé en seco y con un calor notable.

El segundo polo de interés será ver la actuación de Ferrari. Más que por los parches que pueda estrenar, por conocer si el problema está sólo en el motor –falto de potencia y de capacidad de aceleración– y el exceso de resistencia aerodinámica o también la aerodinámica en curvas lentas y medias debe ponerse en cuestión. Si los rojos vuelven a tener dificultades con McLaren, Racing Point y Renault, las dos temporadas, 2020 y 2021, serán muy cuesta arriba para ellos y ya pueden ir centrándose en la reorganización del personal, en la nueva metodología de trabajo, en casar la correlación de datos y en 2022.

Y el tercero, conocer quién es el mejor del resto. Hasta la fecha McLaren ha sacado mejor tajada de los dos Grandes Premios disputados, pero Racing Point parece el equipo más competitivo, más eficaz, con ese coche que sus adversarios juzgan un clon del Mercedes W10 del año pasado.

Carlos Sainz espera 'sacudirse' de encima esos pequeños detalles ajenos a su pilotaje –el tema del cambio de ruedas de Estiria, por ejemplo– que le han costado unos preciosos puntos y comenzar a cerrar el hueco con respecto a Lando Norris, así como alcanzar a Sergio Pérez.

La pugna será muy dura porque estos equipos ven posible incluso acabar segundos en el Campeonato de Constructores si Alexander Albon no comienza a acercar su ritmo al de su compañero Verstappen y Ferrari no levanta cabeza. Tanto McLaren como Racing Point tienen una dupla de pilotos muy equilibrada, de prestaciones –podríamos decir– iguales en el caso de McLaren y muy cercanas en el caso de Racing Point.

Renault está a verlas venir, ligeramente por detrás y con un problema de radiadores preocupante, sobre todo de cara a un GP donde se prevé mucho calor. Los franceses creen que no han sumado todos los puntos que debieran en las dos primeras carreras y quieren reaccionar. Son más veloces que los AlphaTauri, pero ello no se refleja en la clasificación del Campeonato

Detrás, Haas y Williams cruzan los dedos por intentar lograr sus primeros puntos; los primeros creen que su aerodinámica irá mejor aquí que en Red Bull Ring. Y está Alfa Romeo, que busca seguir 'pescando' puntos para huir de la batalla por el farolillo rojo.