Mercedes no atisba aún la luz al final del túnel

El nuevo Mercedes W13 parece tener no uno sino muchos problemas, pero ninguno de ellos puede afrontarse si no consiguen que el 'porpoising' disminuya a límites aceptables. Lewis Hamilton apenas se ha salvado en la Q1 de Imola y tanto él como George Russell han caído en la Q2, lejos de una Q3 donde están coches de Haas, Alfa Romeo y Aston Martin.

Ni en sus peores sueños Toto y Lewis hubieran producido tamaña pesadilla. Hamilton estaba totalmente decepcionado. “Sabes que todos en fábrica trabajan, pero las cosas no salen”, dijo. Y tuvo unas palabras con Wolff. Pero Hamilton no quiso revelar lo que había dicho 'al jefe'.

Lewis sigue en Fórmula 1 porque quiere el octavo título, que le situará definitivamente por delante de Michael Schumacher. Podría replantearse el seguir si lo consigue… o si ve que es imposible con Mercedes.

Los de la estrella siguen inmersos en un largo y oscuro túnel, en el que no se adivina el final… y quizás algunos se pregunten si es que lo tiene.

La situación me recuerda a Ferrari en 1980. El equipo acababa de ganar dos títulos, pilotos y constructores después de que Jody Schecker hubiera ganado la corona por delante de su compañero Gilles Villeneuve, con la cuarta generación de la mítica serie Ferrari 313 T, el T4 en este caso, con la que Niki Lauda consiguió sus dos títulos vestido de rojo.

El Ferrari T4 era rápido, fiable y fácil de poner a punto. Quizás no era bello, pero si eficaz, de forma que Enzo Ferrari llegó a decir que "algunas veces los coches más feos son los más eficaces".  Todavía tenía un chasis de tubo y plancha de aluminio para formar el monocasco.

Pero el Ferrari 312 T5 que le siguió fue un verdadero desastre. No sólo no ganó ningún Gran Premio sino que tampoco sumó un podio; tres parcos quintos puestos fueron sus mejores resultados. Y Jody, el campeón, pasó la ignominia de no clasificarse para tomar la salida en el penúltimo GP, Canadá, lo que le llevó a tomar la decisión de retirarse.

Las cosas mejoraron para Ferrari al año siguiente, con Villeneuve y Pironi y el nuevo 126 CK Turbo, un coche que logró su primera victoria en Imola y en su segunda evolución para 1982 hubiera podido dominar el campeonato… si en Imola, donde lograron el doblete, no se hubiera dado la lucha fratricida entre los dos pilotos, con victoria de Pironi, que malogró la amistad entre ambos. Villeneuve fallecería en el siguiente GP y Pironi, que dominaba el campeonato, se fracturó ambas piernas en Alemania. Fue el fin de las esperanzas de Ferrari de recuperarse. Desde el título de Jody en 1979, pasarían 21 años antes de que Ferrari tuviera otro título de pilotos, en el 2000.

Es cierto que hay algunas diferencias. El W13 –¿han reparado en el número?– ha logrado un podio y no está tan mal como lo estuvo aquel 312 T5. Pero la caída se similar.

Otros grandes equipos han caído en pozos profundos. McLaren empieza ahora a asomar cabeza, desde que en 2007 Lewis Hamilton ganara la última corona de pilotos para ellos. Y Williams sigue peleando por salir del abismo. Para los equipos campeones, acostumbrados a ganar, no estar en disposición de luchar por el título ni por los primeros lugares ya es dramático. Una caída al pozo que cuesta volver a escalar.

¿Tardará tanto en recuperarse Mercedes? Espero que no, porque medios no le faltan. ¿Considerará Lewis que ha llegado el momento eso que los franceses denominan 'tirer sa révérence'?... No sé decirlo pero, por si acaso, parece que Wolff ya se ha interesado por la situación contractual de algún valor en alza y con una cierta experiencia… no quiere encontrarse con una mano delante y otra detrás, pero los hay ya que acaben contrato este año.