Los coches del Dakar tienen pausa 'pipi'

A los coches no les está permitido repostar: deben comenzar la especial con combustible suficiente para completarla, igual que los camiones. Para ellos, el pararse en el control parece a priori algo superfluo, aunque David Castera, el director de carrera, sostiene que "al menos tendrán tiempo para hacer pis. Recuerdo que cuando era copiloto del Peugeot Sport Team, llevaba Dodotis para, al menos, mantener limpio el mono".

Siempre quedaba el recurso de parar, claro; para los amateurs quizás no fuera un problema perder dos o tres minutos por ello, pero para los profesionales cada segundo cuenta. Y esa pausa relax les permitirá seguro beber, quizás comer algo –aunque sea una barrita energética–, o repasar el GPS si alguna conexión se muestra caprichosa.

Pero evidentemente ésta no es la razón por la cual Castera ha tomado esta decisión, sino por motivos de seguridad. "Los SSV sólo tienen 250 kilómetros de autonomía y están obligados a repostar. Algunos de sus pilotos son muy rápidos y habían adelantado a varios coches antes de parar a repostar y en ese tiempo los superaban estos coches y entonces, los tenían que doblar de nuevo", señalaba Castera.

En un Dakar, cualquier adelantamiento es un peligro… si para hacerlo debes desviarte de la ruta marcada porque puedes encontrar un peligro no señalado. O una pérdida de tiempo si el adelantado es remiso a hacer caso del Sentinel.

Y, sobre todo, hay que tener en cuenta que los SSV tienen su velocidad limitada a 130 kilómetros en el caso de los T3 Proto o 120 kilómetros/hora en el caso de los T3 de serie. Una velocidad que está controlada por GPS, siguiendo la misma experiencia marcada para los camiones que, tras algunos accidentes graves en África, hicieron que fuera necesario introducir ciertas limitaciones.

Pero además, en lo mediático tiene también un aspecto positivo: las televisiones o radios pueden captar impresiones en vivo y directo a media etapa.