Liberty Media, Fórmula 1 y FIA, orquestales en la oscuridad

Desde los tiempos de creación de la FOCA, antecesora de la FOM o del FOG, han existido tensiones, intentos de ruptura, huelgas, carreras ‘pirata’ e incluso en intento de un Campeonato Paralelo. La amenaza del mismo se ha producido en varias ocasiones. Al final, siempre ha acabado en un acuerdo, inestable, hasta la próxima tensión.

El último foco de tensión fue esa ‘investigación no investigada’ por un posible conflicto de intereses, ‘compliance’, entre Toto Wolff y Susie Wolf, uno al frente del equipo Mercedes de F1, la otra con cargo en la FIA y directora de la F1 Academy. Bueno, cuando Susie fue promovida, era público y notorio que era la esposa de Toto Wolff.

Los últimos presidentes de la FIA, Max Mosley y Jean Todt, han sido hombres provenientes de la F1. Mosley, abogado de Bernie y de la FOCA, fue fundador del equipo March, aunque también tuvo sus discrepancias con Bernie. Todt venía de dirigir Ferrari y la Scuderia. Fue Mosley quien ‘vendió’ la F1 a Bernie, un ‘leasing’ de 100 años -actualmente sería de dudosa legalidad- por poco más de 310 millones de dólares y en la actualidad Liberty paga a la FIA un porcentaje sobre los ingresos de la F1, como se hacia en tiempos de Bernie.

Mohammed Ben Sulayem, por el contrario, procede de un entorno diferente, los rallies, aunque con largos años como miembro de la FIA, vicepresidencia deportiva incluida y su papel para conseguir el G.P. de F1 de Abu Dabi están ahí. Pero fue una candidatura contra el ‘establishment’ y no apoyada por la F1.

Un detalle importante. La FIA es una federación atípica. De una parte unión de automóviles clubs con tráfico, seguridad, turismo, reglamentaciones; es decir al servicio de los usuarios del Automóvil. De otra, la deportiva, con sus federaciones deportivas. Todo bajo una presidencia común.

Ben Sulayem se marcó como un objetivo que la FIA recuperarse el poder menguante que tenía sobre la F1. Su razonamiento es claro: tenemos el poder deportivo y reglamentario. El Campeonato del Mundo es de nuestra propiedad, sólo lo tenemos arrendado. Las batallas, sin embargo, siempre han sido en el terreno deportivo.

La pretensión de la FIA de abrir la F1 a un nuevo equipo, quizás incluso a dos, es perfectamente admisible. Es una posibilidad que el actual Acuerdo Concordia, contempla. Pero los equipos se han enfrentado abiertamente a ello. Aunque los argumentos son las más de las veces muy pobres -algo que ya está en el ambiente-, el trasfondo es claro: sólo cuestión de dinero.

Bernie Ecclestone empleó a lo largo de sus años al frente de la F1 dos maniobras claras. Una, era divide y vencerás. La otra, más vale un mal acuerdo que una ruptura total. No se si la ‘investigación no investigada’, el ‘Totogate’ responde a estos parámetros, al primero especialmente. Pero desde luego ha servido para que la F, Liberty incluida, ‘cierre filas’ en torno a Toto Wolff.  

La F1 parece haber querido transmitir algo así como “no se toca a uno de los nuestros”. Como que pueden haber discrepancias entre ellos, pero las injerencias internas no las toleran.

Da la impresión que todo ello debe verse en óptica 2026, cuando entre en vigor un nuevo Pacto Concordia entre Liberty, equipos y FIA. Liberty quiere y debe ampliar negocio y dividendos. Los equipos quieren mejorar su porción de pastel… y que ésta no disminuya por la entrada de ‘rookies’. Y la FIA quiere recuperar poder, pero posiblemente también mejorar sus ingresos. Puede que incluso sea necesario.

En su discurso de clausura de la Asamblea General de la FIA el viernes en Bakú, Ben Sulayem dijo -palabras textuales en el comunicado oficial de la página FIA- “Seguimos aportando claridad a toda nuestra toma de decisiones mientras buscamos poner a la federación en una base firme para el futuro. En el aspecto deportivo, hemos observado un estricto cumplimiento de los reglamentos deportivos y técnicos en todas las categorías. En términos financieros, hemos vuelto a reducir nuestro déficit operativo y al mismo tiempo hemos optimizado nuestros procesos contables”.

El pasado año, Ben Sulayem admitió un agujero financiero de 20 millones de dólares. Entonces también dijo que el déficit estaba solucionado, aunque sin especificar más. Pero si hay déficit operativo… 

Hay en juego el Pacto Concordia 2026-2030. Y a finales de 2025 vence el mandato de Ben Sulayem, que debe presentarse a la reelección. Y a buen seguro, la F1 intentará que surja un candidato alternativo. De hecho, ya en 2021 parecían ser favorables a Graham Stocker, vicepresidente entonces del deporte, y en cierta forma se le daba como el ‘candidato in pectores’ de Jean Todt. Y a principios de 2023 surgió el nombre de David Richards como posible candidato  cara a finales de 2025.

Entre tanto, movimientos orquestales en la oscuridad, aunque de vez en cuando se escapa algún destello.