Las criptomonedas también mandan en el automovilismo o el 'Dragon' Vergne

Hace tres semanas ganó la carrera de Fórmula E en Roma. Hace dos, fue el ganador de la LMP2 en las 6 Horas de Spa del WEC. El domingo pasado ganó las 4 Horas de Monza de las European Le Mans Series. Una racha increíble que intenta continuar, con el denominador común de Dragon como patrocinador... aunque no sabemos si paga en metálico o en la nube.

¿La nube? Sí. No hay que confundir al equipo Dragon de la Fórmula E, propiedad de Jay Penske, o DragonSpeed, equipo puntero de las LMP2 con Dragon, el 'patrocinador virtual' de Vergne.

En la economía actual algunos inversores y/o especuladores –al menos- han descubierto el filón de las criptomonedas. Primero fue el Bitcoin –al menos fue quien las popularizó– que ha permitido unas ganancias brutales a los primeros que apostaron por ella. Pero no es la única.

Las 'criptomonedas' –no voy a decir si son seguras o están mejor guardadas que los billetes tradicionales, es un mundo que no acabo de entender su mecánica– sirven para comprar todo o caso todo a través de la red. Incluso hay quien ha pagado su coche nuevo en estas monedas virtuales.

Y es precisamente a una de estas monedas, Dragon, que el piloto francés Jean-Eric Vergne –ex de Toro Rosso en F1– está viviendo su mejor momento deportivamente hablando, hasta el punto que en el mundillo de los que se fijan en toda suerte de competiciones, se preguntan: "¿Quién puede detener a Jean Eric Vergne?".

Para Vergne, ganar el título de Fórmula E sería clave, importantísimo, su objetivo. No sólo como piloto sino también como 'propietario'. El piloto francés tiene una pequeña participación en el Team Techeetah, un equipo privado –aunque detrás tiene una tecnológica china que es la propietaria del team– que no sólo está plantando cara a los equipos que tienen marcas detrás sino que incluso los supera pese a disponer de material estándar del pasado año, el motor Renault que fue usado por Renault e-Dams, el campeón por equipos.

Hace unos días, Jean-Eric Vergne, el 'penúltimo' de los descartes de Red Bull, dijo que él no volvería a la F1 a cualquier precio y en cualquier equipo. Vergne fue apeado para dejar paso a con el pretexto de que ya llevaba tres temporadas en el el equipo y había cumplido su ciclo.

El francés lo dijo a raíz de los rumores de la posible llegada de Pascal Wehrlein a Toro Rosso ante la falta de resultados de Brandon Hartley, quien fue 'repescado' por Red Bull siete años después de haber sido despedido por los austríacos sin haber tenido la oportunidad de subirse a un F1.

Vergne lo tiene claro. Ahora tiene un futuro por delante. En la Fórmula E, claro, porque su equipo, Techeetah, será el próximo año el oficial de DS Automobile, ya que la marca francesa ha decidido dejar Virgin a final de año. Y porque en Resistencia también tiene puesto fijo.

Vergne es uno que, superando el trance del 'despido', ha descubierto que hay vida, buena vida incluso, fuera del paddock de la F1.

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