La primera victoria de Jack Brabham fue con un coche hecho por él... y de eso hace 72 años

Fue en el Sydney Showground, en 1948, una prueba del New South Wales Speedcar Championship, y quizás clave para que diera un salto a una carrera de piloto que le llevaría a lo más alto, al ser el primer y único piloto campeón del mundo a los mandos de un coche construido por él mismo… y casi el motor, puesto que fue un encargo que le hizo a la empresa australiana Repco, especialista en transformaciones, modificaciones y piezas especiales. Un motor basado en un V8 Oldmobile, modificado por los australianos.

Brabham, hombre grande, de fino sentido del humor, lo que le llevó a presentarse en una parrilla de salida al final de su carrera con larga barba y bastón… respuesta a los que decían que era ya viejo, pero a sus 44 años aún fue capaz de ganar una carrera en su última temporada.

Brabham, el único campeón que ha tenido dos hijos –David y Gary– que han llegado a la F1, aunque Gary no llegó a alinearse en las parrillas: sus dos intentos de clasificarse no tuvieron éxito. El mayor, Geoff, tuvo una longeva carrera en Estados Unidos y David logró la victoria en Le Mans en 2009, compañero de Marc Gené. El primer piloto nombrado Sir por la Reina Isabel de Inglaterra.

Pero Brabham fue, ante todo, ‘mecánico’ o ‘constructor’. Así que quisiera resaltar que esa victoria, su primera victoria, fue conseguida con un coche construido por él mismo. Así que no nos debe sorprender que, una vez asentado en Europa, construyera la mayor marca, por entonces, de coches de competición, monoplazas prácticamente todos, que dominaron la F3 y la F2 durante años. Hoy, David y sus hermanos intentan recuperar la marca y han presentado un espectacular Supercar que a finales del pasado año hizo su debut en competición en el Británico de GT, el Brabham BT62.

Jack era apasionado de la mecánica desde niño. A los doce años ya ayudaba a su padre a reparar el camión de la empresa. Más adelante estudió mecánica e ingeniería y cuando estalló la II Guerra Mundial se enroló en las Reales Fuerzas Aéreas Australianas porque quería ser piloto... pero le destinaron al servicio de mantenimiento de aviones por sus conocimientos en mecánica.

Al licenciarse, comenzó a trabajar con su tío en un taller mecánico y comenzó a fabricar un Midget –las carreras en óvalos de tierra eran muy populares y lo siguen siendo en Australia– para su amigo americano Johnny Schonberg.

No soñaba con ser piloto. Pero cuando estaba en Parramatta, su amigo no se presentó. Su novia le había dado el ultimátum, las carreras o yo. Así que Brabham se encontró en el paddock sin piloto y, como ya estaba allí, decidió tomar él mismo el volante. Quizás por ello no puso oposición a que Denny Hulme, su empleado y compañero de equipo, le ganara en el Mundial de 1967, el que hubiera sido su cuarto título.

Sorprendió por su habilidad y a la tercera carrera llegó su primera victoria. Más adelante llegarían los títulos y el salto al asfalto con un Cooper-Bristol modificado y rebautizado como RedeX Special, porque los lubricantes Redex la apoyaban... pero la publicidad en Australia estaba prohibida, así que debió borrar el nombre de los flancos del coche. Un coche que le permitió dar el salto a Europa.