La NASCAR apuesta por los jóvenes y la diversidad

Y es que la NASCAR ha iniciado un giro hacia la juventud… como sucede en la mayor parte de especialidades del motor. La mejor prueba es el equipo Hendrick, uno de los mejores. El 'Poleman', Alex Bowman, tiene 24 años mientras que Williams Byron va cumplir los 20 y Chase Elliot –hijo del mítico Bill Elliot– tiene sólo 22. Junto a ellos, el más ilustre de los veteranos en pista, Jimmie Jonhson, 42 años y 7 títulos NASCAR con 80 victorias en su poder.

En este sentido, la NASCAR está en un momento delicado. Sus nombres míticos van diciendo adiós. Jeff Gordon lo hizo el pasado año, Dale Earnhardt ahora; tampoco está Juan Pablo Montoya y Danica Patrick dejará de estar pronto. 

Más de uno se pregunta si la NASCAR está preparada para ello tras haber vivido largo tiempo a remolque los mitos. Pero todavía quedan hombres cuyo nombre despierta recuerdos a los aficionados y son conocidos en todo el mundo: Johnson, por supuesto, pero también los hermanos y 'niños malos' Kurt y Kyle Busch, Joey Logano, Denny Hamlin, Ryan Newmann, Brad Keselowski, Kyle Larson, etc. Nombres –algunos– un poco ensombrecidos por el brillo de las leyendas en pista, pero que quieren coger el relevo, si los jóvenes imberbes y 'sin respeto' al escalafón no se lo impiden.

Pero por el contrario hay quienes están llamados a brillar. Como los hermanos Dillon, Ty y Austin; su padre fue piloto pero actualmente es el director del equipo de Richard Childress, su suegro y por tanto abuelo de Ty y Austin. O Jeffrey Earnhardt, sobrino de Dale Earnhardt Jr. y nieto del gran Dale Earnhardt.

Llegan los jóvenes, sí. Pero las sagas familiares siguen resistiendo. Quizás por eso las 'leyendas' se perpetúen.

Bubba Wallace corre con el mítico '43' de Richard Petty.

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