Jan Solans, comenzar con el pie derecho

Viene esto a cuento con la actuación de Jan Solans en el Rally de Suecia, el más desfavorable –para él– de cuantos puntuan para el Mundial de Rallies Junior, un título que ganó su hermano hace dos años.

Jan ha sabido mantener la cabeza fría. Tenía muy claras las dificultades y ha sabido adaptar su ritmo a ellas. El objetivo en Suecia no era demostrar que es rápido, sino que sabe 'leer' la carrera, adaptar el ritmo, no correr riesgos innecesarios o excesivos. Frente a los locales, acostumbrados a este tipo de terreno, su baza sólo podía ser una: no cometer errores.

Son las circunstancias. En ocasiones hay que ser cazador y en otros, como éste, 'pescador'. Lanzar la caña y esperar a que piquen. Tenía muy claro que lo importante era salir de Suecia sin un 'cero' en el marcador. Y estoy convencido que para él, un 'top 6' ya hubiera sido un buen resultado. Pero un 'Top 3', acabar en el podio es para decir 'bingo'.

Es muy posible que los consejos de su hermano Nil hayan sido muy importantes. También el hecho de que cuando Nil disputaba el JWRC, Jan le acompañó en todas las ocasiones.

Me recuerda un poco a la historia de sus 'casi vecinos', los hermanos Gené: Jordi y Marc. Estos, de Belleterra, y los Solans de Matadepera. Recuerdo a finales de 1998 cuando Marc hacía el test con Minardi, como ganador de las Open Telefónica, el embrión de las World Series. Jordi que años antes había hecho un test con Benetton, estaba a su lado para ayudarle: "Marc, no cometas mi equivocación. Yo quise demostrar que no cometía errores y ellos sólo quieren saber si eres suficientemente rápido".

Son circunstancias distintas, claro, de imposible comparación. Pero Jan ha demostrado una cosa muy importate en los ralles: es suficientemente rápido y sabe correr con la cabeza.

Un detalle clave para mí. La mayor parte de su diferencia con la cabeza la cedió en la primera jornada, la de aclimatación a un terreno inhóspito. Después, sus tiempos fueron correctos, en ritmo. Lo del mejor tiempo en la superspecial que cerraba la penúltima etapa, mera anécdota. También el ser el último de la categoría en la 'Power Stage' final; en tierra de nadie, sin poder ganar ni perder posición –salvo error monumental– es pura anécdota.

Listón muy alto de entrada, pero también lo son sus ambiciones e ilusiones. Está claro que el día que convenció a los promotores de la Beca R2 para truncar su premio del Europeo por el Mundial Junior sabía –él y su entorno– lo que hacía. Ahora empieza lo más duro: se le exigirá más… pero hay que mantener la cabeza fría, ir paso a paso: destacar en el Mundial requiere temporadas de experiencia y apredizaje. Los ejemplos de los Tänak, Lappi, Mikkelsen o Latvala están ahí… pero quizás ellos tenían una ventaja: no son pilotos de un país impaciente.