La IndyCar no esperará a la decisión de Alonso y McLaren

El dinero no debería ser un problema. Los asientos de la IndyCar se cotizan entre cinco y siete millones de euros para la temporada completa de 2019. Otra cosa es la ficha de Fernando.

El tiempo comienza a apremiar. Apenas queda tiempo para poner en pie una estructura propia o encargar los coches a Dallara. Los pocos volantes libres que quedan tienen muchos aspirantes, todos deseosos de firmar un contrato cuanto antes.

Marshall Pruett, especialista de IndyCar de la revista Racer, informa que hay una veintena de interesados para tres o cuatro puestos fijos. Que pueden ser siete u ocho si algunos equipos amplían sus números de coches o se concreta la llegada de nuevas estructuras, como Scuderia Corsa o DragonSpeed. Lo que sorprende, sin embargo, es que en su información no hace mención ni a Fernando ni a McLaren, aunque me consta que ha sido un fuerte valedor de su llegada.

Para 2019 se prevé una auténtica revelación en el paddock. 12 de los pilotos más o menos fijos aún no tienen asiento. Son Charlie Kimball, Ed Jones, Jordan King, Gabby Chaves, Conor Daly, Pietro Fittipaldi, Zachari Claman de Melo, Stefan Wilson, Carlos Muñoz, Kyle Kaiser, Rene Binder y Alfonso Celis. Y, en la mayoría de casos, su coche de 2018 ya tiene dueño para 2019.

El número crece sustancialmente si sumamos los aspirantes que llegan de la IndyLights, con Santiago Urrutia a la cabeza, de la IMSA, ya que se rumorea que Colin Braun está tentado. O si añadimos algunos desencantados con la Fórmula 1, como podrían ser Stoffel Vandoorne o Marcus Ericsson.

Es fácil predecir que hay no menos de una quincena de aspirantes para estos volantes, que fácilmente pueden ser una veintena ya sea para un programa a tiempo completo o uno parcial.

Los programas a tiempo parcial son habituales en Estados Unidos. Ed Jones, una de las estrellas y miembro de la familia propietaria de las 500 Millas y del campeonato, sólo compite en ovales. En los circuitos ruteros, su volante pasa a manos de otro piloto.

Aunque el presupuesto de la IndyCar es ‘discreto’, tampoco parece que muchos aspirantes estén en posesión de esos cinco, seis o siete millones de euros que deben desembolsar para hacer una temporada completa.  Así que se impone una alternancia, con pilotos que pagan entre tres y cuatro millones a cambio de media temporada, según si incluyen Indianápolis o no. Fittipaldi y De Melo han hecho eso en 2018 con Dale Coyne. Eso sería impensable en la Fórmula 1, pero en IndyCar no es descabellado.

En cualquier caso, parece que la parrilla del año que viene tendrá muchos pilotos. Y eso añadirá interés al campeonato. Los novatos siempre despiertan expectación.