Indy y Donald Trump, o la crónica de un desaire

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08 Mayo 2017 - 08:15

Donald Trump, el controvertido presidente de los Estados Unidos, fue designado como conductor del 'Pace car' para las 500 Millas de Indianápolis de 2011. Sin embargo, el entonces precandidato a la presidencia no pudo cumplir el encargo. Oficialmente sus obligaciones como empresario le obligaron a un vuelco en su agenda, aunque en realidad fue la presión popular, en una campaña iniciada por un abogado de Indianápolis, Michael Walleck, quien le cortó el paso.

El 5 de abril de 2011, los responsables de la Indy presentaron al archimillonario como el conductor del 'Pace Car' y se hicieron las fotos de rigor con el Chevrolet Camaro SS que era el coche de seguridad oficial.

"Es un gran honor haber sido seleccionado como conductor del 'Pace car' para una institución tan americana como las 500 Millas de Indianápolis y además en el 100º aniversario", dijo entonces Trump.

Aquello indignó a muchos políticos de Indiana, que clamaron en contra de la elección, tanto por sus ataques a Obama, candidato rival a la presidencia, como por sus declaraciones tildadas de racistas. Pero fue Wallack quien, a través de Facebook, puso en marcha la campaña, que en apenas 48 horas recogió 17.000 firmas.

"No lo hice por ninguna idea política. Pero soy de Indiana y Trump no tiene nada que ver con las 500 Millas o la competición automóvil. ¡Ni siquiera conduce!, lo lleva siempre su chófer", podría ser el resumen de lo que declaró Wallack cuando le preguntaron los motivos de su oposición. De hecho, lo único que parecía ligarle al mundo 'racing' fue su presencia en algunas ediciones de las 500 Millas de Daytona y también en Indy; en 2002 hizo un amago con un proyecto para llevar la NASCAR a Nueva York, para lo cual construiría el Trump Speedway.

Todo ello preocupó tanto a Trump como a los responsables de la Indy. Y la salida airosa fue por fin hallada: problemas de agenda... que obviamente no existían cuando aceptó la invitación. Y los organizadores encontraron el sustituto perfecto, el mítico A.J. Foyt, que ese año celebraba el 50 aniversario de su primera victoria.

Eso no ha impedido que Donald Trump haya paseado dos veces con el Indycar biplaza, como pasajero de Mario Andretti. Pero no ha sido en Indianápolis, ni siquiera en un circuito, sino por las calles. La primera vez, en 2012 durante el programa de TV 'The Celebrity Apprentice', cuando 'Piedonne' recogió a Donald al pie de la Trump Tower para llevarlo al estudio a toda velocidad en un trayecto reconstruido en estudio, y la segunda el pasado noviembre "para llegar a tiempo a la reunión en la Casa Blanca con Obama", primer encuentro oficial entre el presidente saliente y el presidente electo.

"Pienso que Trump me llamó porque tenía miedo de llegar tarde a la reunión", bromeó Andretti, que se declaró partidario del nuevo presidente.