Historias de F1: Cuando Gilles Villeneuve quiso crear una escudería propia

El Ferrari de 1980 era un desastre, Jody sólo sumó dos puntos, Gilles seis y el sudafricano debió pasar por la ignominia de no clasificarse para un Gran Premio, el de Canadá. Aquello marco a Jody, que decidió retirarse a final de año. Y Ferrari fichó a Didier Pironi para acompañar al canadiense. Entre ambos surgió una rivalidad mortal.

Tanta rivalidad que Gilles pensó en abandonar la Scuderia. En el ‘paddock’ se deshojaba la margarita sobre si su destino sería McLaren o Williams. Pero Gilles tenía otras ambiciones: las de crear su propio equipo.

Las negociaciones eran discretas. El propio Gilles parece que no participaba directamente en buena parte de ellas. Jody era el hombre de confianza de Gilles y habría sido el jefe de equipo.  Jacques, el hermano de Gilles, habría estado en el equipo, quizás incluso como piloto. 

El organigrama del equipo estaba completo. Incluso la ubicación de la base también. No en Gran Bretaña, sino en Francia; entre Marsella y Toulon, cerca de Paul Ricard y del aeropuerto francés. Quizás por eso se mantuvo en secreto el proyecto, que en Gran Bretaña hubiera sido la comidilla. La elección no era por motivos de discreción, sino logísticos ya que estaba mucho más cerca de cualquier circuito europeo… pero, además, Villeneuve era del Quebec, la zona francófona de Canadá; tanto  hasta el punto que su hijo Jaques no hablaba inglés en sus primeros años.

Incluso tenía coordinador técnico, Ray Wardell. Wardell, ingeniero, había sido director de equipo en March, tanto en Fórmula 1 y Fórmula 2 — en la F2 tuvo a Ronnie Peterson y Niki Lauda como pilotos — pero sobre todo se había ocupado del March F-Atlantic con el que Gilles se dio a conocer; ambos habían estado juntos cuatro temporadas.

Por otra parte, Gilles había sido exigente en los detalles. Aunque Paul Ricard estaba a tiro de piedra, quería un circuito propio, al estilo de Fiorano, con telemetría y todos los adelantos, telecámaras, riego por aspersión, boxes…

El abogado de Montreal Boris Stein estaba preparando los trámites legales… pero el proyecto nunca pudo llevarse a cabo. El destino le había preparado otro camino, trágico, a Gilles. Esto es lo que descubre Machine, una cuidada publicación italiana, en su número 3 de diciembre de 2021, dedicada a grandes entusiastas de la Fórmula 1.

La historia parece un prólogo de que la que vivió muchos años después, prácticamente 20, Jacques Villeneuve, cuando su amigo, manager y confidente Craig Pollock, creo BAR. Aunque en el paddock se decía abiertamente que Jacques era uno de los principales accionistas de la operación.