GEN2, el Fórmula E que inicia la mutación de los monoplazas

Alejando Agag, en su primer comentario sobre el Gen2 dijo que este coche era el anticipo o el adelanto del futuro. Es cierto que impacta en muchos aspectos, que tiene defensores y detractores. Pero sobre todo es un coche diseñado para una función concreta: imagen de futuro, imagen verde, drag mínimo y eficacia en ratoneros circuitos urbanos.

Los aficionados favorables al GEN2 lo ven 'inspirado' en algunos diseños futuristas de la F1, tanto los mostrados por algunos diseñadores independientes como los realizados por algunos equipos cuando les pidieron bocetos de como veían los F1 de 2030.  

Da una imagen de lo nuevo, de lo moderno, de lo avanzado, muy de acuerdo con la filosofía de la Fórmula E. Pero las elecciones, obviamente, van más allá de consideraciones de 'imagen'. 

Pero otros denigran sus raíces y le niegan el derecho a ser considerado como un fórmula. Las ruedas delanteras carenadas y las traseras semicarenadas. Lo ven como una traición…. o quizás temen un efecto contagio.

Es cierto. Este nuevo Fórmula E parece más inspirado en un prototipo de Le Mans que en un F1 por lo que a la aerodinámica se refiere. La presencia del halo contribuye a dar una impresión de cockpit cerrado. 

No se ven la profusión de apéndices y elementos de la denominada categoría reina del automovilismo. Y el ala delantera, de futurista fórmula no parece generar gran carga. Ni siquiera tiene alerón trasero propiamente dicho y pese a unos impactantes montantes que parecen tomados del Kahusen de F1: Los planos que podrían considerarse como ala están inclinados, formando una V espectacular

Todo indica que desde el punto de vista de la 'downforce' depende básicamente de la parte inferior del coche, del 'efecto suelo' y su difusor. Como si el concepto de partida fuera el mismo que el del futurista Delta Wing o el Nissan Zerod de Le Mans.

Puede ser que la elección sea así por eficiencia aerodinámica, es decir reducir al máximo el 'drag' no tanto para mejorar velocidades punta sino también para disminuir el consumo energético al máximo. Un objetivo obligado porque en la temporada 2018-2019 ya no se cambiará de coche, sino que se hará toda la distancia de carrera de un tirón. Y además se quiere que en la recta principal del circuito se pueda rozar los 300 kilómetros/hora. Es decir que la capacidad de almacenar energía de las baterías será duplicada con respecto a las actuales y la potencia de los motores crecerá hasta los 250 kilovatios, es decir casi 50 kilovatios más que los actuales en configuración de clasificación y 220 kilovatios para la carrera en lugar de los 180 actuales Ello les permitirá alcanzar, incluso superar, los 300 kilómetros/hora.

Quizás si los Fórmula E corrieran en circuitos 'tradicionales' la ecuación sería distinta. Pero en los circuitos urbanos que frecuenta la categoría no hay curvas rápidas sino cerrados ángulos para favorecer la recuperación de energía. Y el agarre mecánico es prioritario.

Por todo eso, los diseñadores del coche afirman que el nuevo Fórmula E hará más fáciles los adelantamientos, permitirá aprovechar los 'rebufos'. Si ello es así y vistas las últimas carreras de la categoría, las carreras serán aún más interesantes.

Las ruedas carenadas pueden también otro efecto: mejorar la seguridad. Debería hacer más difícil que engranen con las ruedas de otro coche y uno de ellos salga volando. No se trata sólo de proteger al piloto sino también al público teniendo en cuenta que los circuitos son urbanos.

MONOPLAZAS CARENADOS

Uno recuerda como a mediados de los años 50 Mercedes empleó un monoplaza completamente carenado para ganar velocidad punta. Alfa Romeo, Vamwall y otros realizaron sus correspondientes interpretaciones… hasta que las reglas se volvieron claras, fórmula y open Wheel eran todo uno.

Pero sobre todo recuerda a los últimos coches de la Can-Am. La categoría americana estaba destinada a biplazas o sports con motor gordo. Y aunque en algunos momentos hubo monoplazas reconvertidos -el Zerex Cooper de Roger Penske, por ejemplo, a finales de los 60- en las carreras de sports, los últimos coches de la Can-Am, por razón de costos, también utilizaron casis de monoplazas; Lola, con el más popular y exitoso de todos estos, usaba su chasis de F-5000.