Flashes de la Etapa 8: Al-Attiyah, cuota 40

LOEB Y ELENA PIENSAN VOLVER – 'Seb' Loeb y 'Danos' Elena han abandonado este Dakar, pero ya piensan en el siguiente. "Al menos tenemos muchas enseñanzas para aplicar al coche para el próximo año", ha destacado Loeb. Y Elena remachó: "Llegará el día. Un día lo vamos a ganar"

VUELVO A PENSAR EN EL ACCIONA, EN ALBERT BOSCH Y AGUSTÍN PAYA – Me imagino a Albert Bosch y Agustín Paya sonriendo al ver el revuelo causado por el GCK e-Blast 1. Ellos fueron los pioneros, los que pusieron en marcha el primer proyecto de afrontar el Dakar con un coche totalmente eléctrico y Acciona creyó en el proyecto. Un proyecto que al final llegó a buen puerto, con un coche muy modificado y en manos de Ariel Jatón. Los hermanos Jatón, preparadores argentinos afincados en Barcelona, fueron quienes construyeron el coche y heredaron el proyecto del Acciona. Un proyecto que no sólo les llevó a completar el Rally de Marruecos, sino también a acabar el Dakar. Y después el Acciona disputó pruebas off road, una por continente, incluida una en la península arábiga, el Abu Dhabi Desert Challenge. Todo ello en 2015, 2016 y 2017. Hoy Acciona, asociada a Carlos Sainz y Laia Sanz, ha apostado por la Extreme E, pero la idea del Dakar parece que sigue latente.

LAS GEMELAS KOLOC SUEÑAN CON EL DAKAR 2023 – Yasmeen y Aliyyah Koloc no ven el momento de alinearse en el Dakar. De momento, se contentan con seguirlo desde dentro, pero a sus 16 años estas gemelas tienen tiempo por delante y a buen seguro que en en 2023, con el carnet de conducir ya en sus manos, estarán a los mandos de un Side by Side. Con su edad no es extraño que el estadounidense Seb Quintero, que con 18 años se ha convertido en el piloto más joven en ganar una etapa del Dakar, sea su ídolo en el Campamento.

Son las hijas de Martin Koloc, expiloto de carreras de Camiones y director del equipo Buggyra. Si antes estaban especializados en camiones de carreras en circuito, este año se han abierto al Dakar, tanto en camiones como en Side by Side. Iban para tenistas hasta que les 'picó' el mosquito del motor, picadura incurable: ya conducen un Can-Am Side by Side con soltura, han corrido en circuito con un GT3 y un F4 y, por supuesto, a sus dotes y ambición suman el apoyo paterno, contando con los consejos de Ignacio Casale o Tomáš Enge, pilotos de Buggyra en Side by Side este año.

De hecho, no están en el Dakar para divertirse. Papá les hace 'currar' ayudando en las labores de mecánico. Aprender mecánica es esencial para superar el Dakar.

AURIOL-PESCAROLO-FOURTICQ, DE DESIERTO AL AIRE – El fallecimiento de Hubert Auriol me ha recordado una pasión diferente del gran Hubert 'El Africano', más allá de correr el Dakar en moto o coche, incluso de hacerlo con un buggy propio. El volar en ultraligeros, una pasión que compartía con Patrick Fourtick –copiloto de Air France– y Henri Pescarolo, éste expiloto de Fórmula 1, ganador de Le Mans, creador de prototipos propios para Le Mans y habitual del Dakar, pero siempre apasionado de la aviación. De hecho, Pescarolo llegó a la competición después de abandonar su sueño de ser piloto militar tras fallecer su madre; iba para médico y se apuntó a la operación 'Ford Jeunesse' que cambió su vida.

Volviendo al trío de dakarianos. Durante algún tiempo los tres se dedicaron a competir en carreras de ULM. Formaron el equipo más profesional de la categoría, con motorhome propio y abundante 'Moet' en su nevera, ya que la firma de champán patrocinaba el equipo. Incluso batieron el récord con avión monomotor de los trayectos Los Ángeles-Nueva York, Nueva York-París y Los Ángeles-París… para poder participar en la carrera París-Libreville… incluso intentaron batir el récord de la vuelta al mundo, pero un cambio de ley en Fracia, que prohibió la publicidad de alcohol, acabó con el proyecto.

MIENTRAS HAYA ESLINGAS, ABRAZADERAS Y CINTA AMERICANA – Con estos elementos se improvisa cualquier solución. Lo mismo sirven para 'fijar' un triángulo de suspensión roto que para 'reparar' un neumático dañado, como hizo Toby Price en la etapa maratón. Recuerdo un año en el que una lata de sardinas salvó una mecánica. En África, hasta que llegó Peugeot, las soluciones se buscaban sobre la marcha, incluso recurriendo a un herrero local que podía estar a un centenar de kilómetros o acabando de desguazar un coche que hubiese abandonado. Hoy no es necesario: el Dakar discurre por terrenos no tan salvajes.