Entramos en 'Ferragosto', las fábricas de F1 cierran puertas... pero los directivos tienen deberes

Fue en 2009 cuando la Asocicación de Equipos de F1 introdujo un parón de dos semanas en agosto. Un parón que quedó incorporado a las reglas en 2014 por parte de la FIA.

Como entre Hungría y Spa hay tres semanas de parón, los equipos deben notificar los días que eligen, pero deben ser consecutivos. En unos casos son justo después del Gran Premio y en otros casos prefieren demorar una semana el inicio de las vacaciones para dejarlo todo preparado y los coches revisados. Una elección que puede depender en ocasiones de si se esperan piezas nuevas de los proveedores, en cuyo caso es mejor trabajar la semana antes de Spa o no.

En teoría la fábrica está 'cerrada'. No se puede usar el sistema de CFD, el túnel de viento o montar piezas, ni siquiera por parte de los proveedores. Los equipos deben comunicar a la FIA quiénes son sus proveedores, aunque en teoría esto significa sólo para piezas exclusivas para el equipo.

Pero no es exactamente un cierre total. De una parte se pueden usar estas dos semanas para efectuar mantenimiento, incluso del túnel de viento. También para trabajar en proyectos encargados por terceros, como muchos equipos de F1 hacen para llenar tiempos muertos del personal o de utilización por ejemplo del túnel de viento.

El periodo de vacaciones impera para los equipos, pero no para los motoristas. Por eso muchas veces se anuncian actualizaciones para Spa o Monza.

Y sólo hay una excepción para romper la tregua: que un chasis quede dañado irreparablemente en el último GP. En ese caso se puede pedir una derogación.

Pero me temo que es mucho personal el que sigue trabajando. El personal de administración, de marketing, etc. Pero sobre todo 'team principal' y directores deportivos, porque estamos en plena 'silly season' y deben definirse los contratos del año próximo, estudiar los cambios, etc.

Y los máximos responsables técnicos se habrán llevado 'deberes a casa' en sus portátiles. Analizarán con calma la evolución de la temporada, lo que ha funcionado o lo que no; un repaso para acabar de perfilar las directrices del coche del próximo año, que en septiembre entrará en la fase clave de diseño.

Y en el caso de éste los directores técnicos y 'team principal' tienen deberes extras: las reglas de 2021, tanto técnicas como el nuevo Pacto de la Concordia 21-25, teniendo en cuenta el techo presupuestario.

Así que los directivos de los equipos tienen muchos deberes por hacer estos días.