El fin de McLaren-Renault, ¿una despedida a la francesa?

A primeros de septiembre manifestamos nuestras dudas sobre la continuidad de Renault más allá de 2020. Hoy, este anuncio, el del retorno de McLaren al 'redil' Mercedes, que les proporcionó sus últimos títulos, esas dudas parecen haberse multiplicado.

Cuando Ron Dennis anunció el acuerdo con Honda lo hizo con el convencimiento de que en la actual F1 híbrida o se era equipo oficial de un motorista o perdías opciones… aunque la decisión venía un tanto forzada por otros temas.

Cuando Mercedes vendió el 40% que tenía de McLaren –al negarse Ron y Manssour Ojjeh a otros la mayoría a los alemanes– ya anunció que una de las cláusulas de salida era dejar de suministrar motores a McLaren en el horizonte 2015. Ron sabía que no podría obtener motores Ferrari –siendo comercialmente su rival– y en el caso de los propulsores Renault, sabía que Red Bull tenía la prioridad.

Así que este rumor sobre el retorno de McLaren al 'redil' tiene dos, incluso tres posibles lecturas.

La primera, que en McLaren estiman ahora que es mejor ser cliente Mercedes que de Renault, bien porque temen que los franceses prioricen a su equipo –pero eso también le pasará con Mercedes– bien porque crean que el motor francés no llegará a recuperar el retraso que lleva respecto a Ferrari y Mercedes.  También que Renault no haya sido capaz de confirmarse su continuidad más allá de 2020. Es cierto: cabe la posibilidad de que Renault pudiera preferir centrarse únicamente en su propio equipo, no en vano dijeron también hace una semana, que "era duro tener que pelear con su cliente".

Hace apenas una semana muchos daban por hecho que Renault seguiría en la brecha. Quizás la idea de 'continuidad confirmada' surgió cuando Cyril Abiteboul y Toto Wolff llegaron al acuerdo para que Esteban Ocon abandonara la disciplina Mercedes y firmara con Renault un contrato por dos años. Pero habría que ver exactamente las condiciones.

Se trataba de una sensación que se parecía tener más fuerza todavía cuando Abiteboul remarcó en Singapur que "no hay ningún plan para dejar la Fórmula 1 después de 2020".

Pero realmente esas palabras no significan nada. En ningún momento afirman que han decidido continuar más allá de 2020. Es más, para bajar la persiana no hace falta ningún plan. Ya hemos visto en demasiadas ocasiones como Renault tiene un equipo, lo vende, lo recompra y vuelve a marcharse. Y me viene a la memoria una frase muy española con la que indicar un adiós inesperado y sorprendente: "Despedirse a la francesa", que en este caso podría ser el de una despedida total, no sólo el equipo sino también como motorista.

La historia de Renault en la Fórmula 1 es una de éxitos y desencuentros, de idas y venidas. Debut en 1977 con el motor y una trayectoria que le llevó a ser el primer equipo en ganar con un motor turbo, obligando en todos a adaptarse a esta tecnología. Se retiró en 1985, pero todavía dio sus motores a Lotus en 1986, antes de retirarse también como motorista.

Renault volvió en 1989 pero sólo como motorista, dando los propulsores a Williams. Tuvo éxito, porque conquistó cinco coronas como motorista; entre 1992 y 1997 o tenías un motor Renault o las cosas eran complicadas. Se retiró a finales de 1997, pero sus motores siguieron en el mercado con el nombre de Playlife y realizados por Mecachrome, uno de los principales proveedores de Renault Sport en materia de motores.

En 2000 decidió volver con equipo propio y compró Benetton, aunque el equipo no fue rebautizado como Renault hasta 2002. Llegarían los dos títulos de Fernando Alonso, en 2005 y 2006, y después un nuevo declive con la marcha de Alonso. En eso se pareció a lo sucedido en la era turbo: Alain Prost no pudo conseguir el título en 1983 y se vio obligado a cambiar de aires… aunque en el caso de Fernando se había comprometido con McLaren justo al ganar su primera corona.

Alonso volvió en 2008, tras sólo un año de 'infidelidad'. Pero Renault ya no era lo que fue en 2004, 2005 y 2006; el equipo estaba en descomposición. Alonso se marcha a Ferrari para 2010, justo cuando Renault vende el equipo a Genii Capital, el fondo propiedad de Gerard López, que rebautizará el equipo como Lotus en 2011. Las cosas se complican y al final Renault recompra Lotus para volver a tener equipo propio en 2016. Pero al menos hubo continuidad en el apartado motorista.

Todo ello debe aderezarse con otra serie de elementos. La situación actual del Grupo Renault tras el escándalo Ghosn. La necesidad de electrificar sus productos con las inversiones que ello significa y también con nuevos objetivos de marketing. Sus relaciones con su socio en La Alianza, Nissan. Las pretensiones de FCA de llegar a una 'fusión-absorción'. Y también quizás las de McLaren de renovar los motores de sus GT, que ahora tienen propulsor propio, a medio plazo.

¿Qué sucederá? La pregunta está en el aire. La respuesta tan incierta que podría ser aprovechada por las casas de apuestas.