Audi, Porsche, Williams y McLaren: ¡hagan juego, señores!

Muchos han pensando en McLaren. La vena romántica de los éxitos de McLaren y Porsche, los años de Niki Lauda, Alain Prost, coronados con tres títulos de pilotos y dos de constructores, entre 1984 y 1987, año este último de declive ante la pujanza del motor Honda que usaban Williams y Lotus. Bueno, habría que añadir los últimos cuatro Grandes Premios de 1983, ya que el motor no estuvo a punto antes.

Lado romántico, claro… como lo fue el anuncio de la colaboración de McLaren y Honda, en 2015. Sin embargo, en lugar de recuperar el mito, la leyenda y los resultados, todo acabó como el rosario de la aurora. Los primeros por tener prisa por resultados y los segundos por su peculiar filosofía japonesa, de forma que se cumplió el dicho: "Nunca segundas partes fueron buenas".

Pero hay un detalle que debe tenerse en consideración. O mejor dicho, dos. El primero: aquel motor ganador con McLaren fue un encargo de Mansour Ojjeh a través de su conglomerado industrial TAG a Porsche y el motor se llamó TAG Porsche V6 Turbo. No fue una decisión autónoma de Porsche, sino de Ojjeh –fallecido hace apenas cuatro meses– fue socio de Ron Dennis en McLaren y tras la revuelta de palacio –Dennis quiso hacerse de nuevo con el control total, no lo consiguió y abandonó McLaren– junto al fondo soberano de Baréin Mumtalakat.

Porsche intentó después hacer su propio motor, un 3.5 V10 que se hizo para el equipo Footwork en 1991, pero fue un auténtico fracaso. Sólo se uso en los cuatro últimos Grandes Premios del año y no consiguió acabar ninguno.

Bild señala que la entrada del Grupo puede ser doble: Porsche con McLaren y Audi, con Williams. Audi nunca ha estado en Fórmula 1; sus éxitos en Grandes Premios datan de antes de la II Guerra Mundial, con el famoso Audi GP… diseñado por Ferdinand Porsche.

Puede ser –es lógico– que en esencia el motor fuera el mismo, y se cambiaran sólo los logos de los culatines, algo que no sería la primera vez que sucede en la F1. Es lógico pensar en ello cuando ambas marcas han decidido entrar al unísono en Le Mans, IMSA y WEC, con un coche que, salvo la apariencia externa, será común, con chasis fabricado en Estados Unidos por Multimatic, uno de los cuatro constructores habilitados por la FIA para la construcción de chasis LMDh y LMP2.

En cualquier caso se plantea un hecho curioso. McLaren y Williams, los equipos más veteranos de la F1 tras Ferrari, han sufrido muchos desencuentros… y McLaren ha robado el motorista a Williams en muchas ocasiones… aunque ahora los dos sean clientes de Mercedes, como en su día lo fueron de Cosworth.

En 1987, Williams fue campeón del mundo con motor Honda… pero al año siguiente se quedó sin el propulsor, que paso a McLaren para sustituir al TAG Porsche y Williams debió conformarse con el motor Judd. En los comienzos de este siglo, Williams defendió los intereses de BMW, con gran éxito, y McLaren, los de Mercedes.

Ambos equipos, con años de diferencia, perderían el apoyo de sus motoristas por no querer vendérselos –Mercedes llegó a tener el 40% de McLaren– y ahora los dos son clientes de la estrella que, seguramente, no vería con buenos ojos el pase al grupo rival. Pero, ya se sabe, en F1 "no hay nada personal, sólo es cuestión de negocio". Y quien dice negocio, dice victorias.