Alemania no quiere una carrera anual a este precio

Es evidente que en la patria de Mercedes o de campeones como Michael Schumacher y Sebastian Vettel, la 'renuncia' a tener GP 'fijo' en el calendario y tenerlo sólo años alternos es una anomalía.

Una anomalía que Liberty ha querido subsanar, pero que de momento no lo ha conseguido. Los promotores del circuito cercano a Heidelberg han declinado la invitación a albergar una carrera anual y renovarán sólo para 2020.

La razón es clara. Los beneficios de explotación de los otros eventos que se celebran en Hockenheim no cubren las pérdidas del GP. En su momento esto valía asimismo para Nürburgring y fue la razón para que ambos promotores pactaran la alternancia.

El problema no es sólo de Alemania, sino de todos o prácticamente todos los GP. Y muy especialmente los europeos. Mientras países emergentes hacen de la F1 casi una 'cuestión de estado', asumiendo los gobiernos las pérdidas para tener una ventana internacional, esto no sucede en el viejo continente. Aquí, los GP pueden tener una ayuda, una subvención, como muchos otros eventos. Pero no se puede ir más allá.

Algo similar sucede en Estados Unidos. Allí los promotores son privados y deben hacer cuadrar sus cuentas. Esta es la razón de los titubeos de Miami para albergar un GP… aunque Liberty está tan interesada en una segunda carrera en el país, que se dice ha llegado a proponer al consejo de la ciudad una presencia a coste cero a cambio de un contrato de 20 años.

Estos últimos años los circuitos han sido los máximos financiadores de la Fórmula 1. Los ingresos por el canon impuesto a los promotores han sido la fuente más importante de ingresos de la FOM, por delante incluso de los derechos de TV, aunque no sea por mucho.

Un reparto absurdo de los gastos o costes, porque el circuito vive sólo del dinero de las entradas. Los contratos de Bernie hacían suyos los derechos de publicidad y hospitality, al menos la mayor parte de ellos.

Así que son los espectadores 'en vivo y en directo' son los que soportan este gasto, de ahí el precio espectacular de las entradas, que desincentiva el acudir al circuito.  Mucho más cuando el espectáculo que se ofrece…. ¡parece pensado para la televisión! 

Por la pequeña pantalla se ve mejor el GP, se conocen más detalles, se está más cómodo y te ahorras las colas de entrada y salida o el pagar bocatas y bebidas a precio de hotel cinco estrellas. En casa puedes hacerlo compatible con una barbacoa, cerveza helada a granel, etc. Es cierto que falta ruido y ese olor a gasolina que se respira, pero es un pequeño sacrificio que viene compensado por otras comodidades. Estamos hablando de un 'producto' que traspasa el nivel de los aficionados y que busca el .gran público'.

Liberty lo sabe y busca una salida. Contener los gastos de los equipos para pagarles menos y poder abaratar los cánones es un paso. La ampliación del calendario para elevar los ingresos es otro.

En cualquier caso, parecen existir dos corrientes diversas en el paddock. La que propugna Liberty de ganar menos por GP pero ampliar el calendario para mantener o incluso mejorar los ingresos. Y la que lanzó en Silverstone Cyril Abiteboul. El 'team principal' de Renault insinuó que el camino debe ser justo el contrario: menos carreras para que sean más exclusivas y así aumentar el valor de las mismas. Considera que ampliar a 22 o 25 los GP les resta glamour e interés, y acaba aburriendo. 

Para Abiteboul lo ideal sería reducir a 15 o 16 los GP del calendario, como antaño. Dotarlos de más glamour. Hacerlos más apetecibles para la afición… que no podría perderse la ocasión.

Es el retorno a la táctica del 'more espensive, better', cuanto más caro -y exclusivo- mejor. Recortamos gastos porque hay menos carreras -pero costes operativos, porque los de diseño y desarrollo no se tocan aparentemente- y mantenemos ingresos. No estoy seguro que las teles paguen lo mismo ni tampoco los patrocinadores. Y los circuitos quieren rebajar tarifas, lo necesitan.

Y Cyril, se me olvidaba, ¡Lo de aburrir no es función del número de carreras sino del espectáculo ofrecido y de un cierto grado de incertidumbre!