La parrilla 2018: un mar de dudas entre motores y pilotos

Los caminos a seguir son muy diferentes. Honda tiene la posibilidad de quedarse con McLaren, apostar por otro equipo o bien abandonar la Fórmula 1, tras tres años consecutivos de fracasos. Realmente, el fabricante japonés ya ha perdido toda capacidad de decidir y su destino está guiado. La cruz, en este caso en forma de rombo, en el mapa se sitúa en Renault y, de hecho, sus acciones, o mejor dicho, la falta de las mismas hace pensar que la decisión está más que acordada.

La razón es bien clara. La junta directiva de Honda se reunió el lunes por la noche para debatir su situación en la Fórmula 1. Desde entonces ha pasado casi una semana y no existe ningún anuncio. Ante la falta de declaraciones, es lógico asumir que Honda decidió quedarse en la Fórmula 1, ya que si fuera lo contrario, una empresa pública cuyas acciones cotizan en bolsa tiene la obligación de respetar ciertas reglas y comunicar su futuro, en caso que no continúen por este camino.

Sin embargo, quedarse en F1 no significa mantener su relación con McLaren, ya que los de Woking ya negocian para montar otro propulsor en el monoplaza de 2018. Sí, Renault. La marca del rombo se aliaría con la británica y tendría que dejar náufragos a uno de sus clientes actuales –Renault, Red Bull o Toro Rosso–. La razón hace pensar que los de Faenza tienen que ser los que monten los motores Honda, pero el vaivén de motoristas no termina ahí.

En 2018 habría un intercambio de motores entre McLaren y Toro Rosso, pero ese movimiento haría que Red Bull, hasta ahora principal cliente, tomara otro rumbo y se planteara la posibilidad de montar motores Honda a partir de 2019, siempre y cuando las sensaciones en la formación filial sean positivas. Una decisión ya no sólo deportiva, sino también económica. Con Honda, Red Bull ahorraría mucho y permitiría que, a partir de finales de 2020, Aston Martin llegara a comprar el equipo de las bebidas energética, para seguir con la colaboración como principal patrocinador. La base del equipo sería la misma, pero con menos costes para Red Bull. Una reducción de costes que haría que otros fabricantes interesados, como Porsche o Alfa Romeo, dieran el paso definitivo para entrar en la categoría reina.

EL MERCADO DE PILOTOS

Aclarado el futuro de los equipos y sus motores, el mercado de pilotos no se queda atrás. A diferencia de otras temporadas, en las que el intercambio y la llegada de nuevos pilotos es la gran noticia, el reto de finales de año se centra en encajar las pocas piezas del puzzle que quedan por colocar.

Los tres grandes equipos –Mercedes, Ferrari y Red Bull– tienen asegurados sus asientos para la próxima temporada, igual que el equipo Haas que, para sorpresa de todos, mantendrá la alineación de pilotos para el año 2018. La formación estadounidense era una puerta que estaba abierta para los jóvenes talentos de la Scuderia, Charles Leclerc y Antonio Giovinazzi. Ambos pilotos tienen que buscar ahora otras vías para aterrizar en la F1 y los dos van a luchar por un puesto en el equipo Sauber, junto a Marcus Ericsson.

Pero el auténtico tsunami en el mercado de pilotos lo tendremos gracias al intercambio de motores. McLaren, de optar por Renault como propulsor, mantendría su alineación de pilotos. ¿Y qué pasa con Carlos Sainz? Red Bull dejaría libre al español a cambio de motores Renault más baratos. Con el hueco del piloto madrileño y la mala temporada de Daniil Kvyat, Toro Rosso podría cambiar radicalmente sus asientos para el proyecto de la próxima temporada y apostar por otros jóvenes talentos. Entre las distintas opciones, los de Faenza podrían apostar por sus talentos de casa, Sean Gelael o Pierre Gasly, o bien elegir a Nobaru Matsushita, pero el japonés debería hacer un buen final de temporada en la Fórmula 2 para conseguir los puntos suficientes de la superlicencia que, a día de hoy, no tiene.

Aislado de todas estas negociaciones, Williams está pendiente del futuro de Felipe Massa, que coquetea con la Fórmula E. En caso que el brasileño abandone el barco, la opción del regreso de Robert Kubica adquiriía fuerza para acompañar al joven Lance Stroll. Puede que no sea la elección más fiable, pero sí una de las que hace más ilusión a todo el paddock.

Toda esta cascada de movimientos sólo las puede confirmar el capitán del barco, el que lleva esta embarcación llamada Fórmula 1 en el mar de la 'silly season'. El que lleva el timón es Honda y, tras su naufragio deportivo, quieren reflotar el paddock entero. No se preocupen que la orilla está cerca, gritan los japoneses.