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Gran Premio de Canadá 2015: entre el tedio, la pasión y la crisis

La F1 está prohibida, que rima con podrida; ese es el resumen de la situación
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José Miguel Vinuesa
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09 Jun 2015 - 19:20

Lewis Hamilton hace la Pole. Lewis Hamilton sale con firmeza. Lewis Hamilton logra la victoria. Ese podría ser el breve resumen del Gran Premio de Canadá, donde el piloto inglés demostró que el fallo de Mónaco no repercutió en su moral ni en su desempeño en pista, aunque al final de la carrera pareció tener dudas de las órdenes sobre ahorro de gasolina que recibía del muro. Nada serio. Dominó a placer la carrera, y sólo la imperiosa necesidad de conservar combustible y frenos permitía el acecho de su compañero de equipo, que también estaba en modo económico.

Lo cierto es que sobre el Circuito Gilles Villeneuve, tradicionalmente propicio para carreras animadas, se vivió un GP tedioso. Un tedio que sólo fue mitigado por ataques de pasión gracias a que dos pilotos como Felipe Massa y Sebastian Vettel se vieron obligados a salir desde el fondo de la parrilla, y nos ofrecieron bonitos duelos en luchas desiguales, pero intensas. Esos fogonazos fueron los que despertaron la atención en la carrera, porque si no, hubiera sido una procesión con la mirada en la conducción eficiente y el ahorro.

Es absurdo que los pilotos tengan que estar más pendientes de no quedarse sin gasolina, que de correr. Eso no pasa ni en las carreras de resistencia, no de una forma tan intensa. En Canadá, estuvieron todos en el límite de los 100 kilos de consumo máximo permitido, y eso que durante el 75% de la carrera estuvieron ahorrando. Claro, es fácil decir que ahora se ven obligados a ahorrar, pero también en otras épocas estuvieron constreñidos a tal restricción, como por ejemplo en la anterior época del turbo, en los años ochenta. La diferencia, ligera pero notable, es que entonces no había un límite de consumo (sí de presión del turbo), de modo que un motor que gastara mucho condicionaba a su equipo al tener que poner más gasolina en el depósito, pero el piloto, más o menos, podía exprimir el coche durante toda la carrera, y sobre todo, no estaba limitado por los litros de gasolina. Para eso están las Eco Series, muy interesantes en el plano medioambiental, pero soporíferas en el competitivo (con todos mis respetos).

Y a ello se une una tecnología tan compleja, que el dominio de un equipo concreto es difícilmente mitigable. Nos quejábamos del dominio de Red Bull, incluso del de Ferrari hace una década, pero el de Mercedes en esta edad ecológica de la Fórmula 1 es de las más aplastantes de la historia del Campeonato, sino la que más. Ni siquiera en la anterior participación de Mercedes en los años cincuenta, con el maravilloso W196, fue tan autoritaria. ¿Y ahora, qué? Realmente sólo se puede esperar que como equipo se confundan en una estrategia, o haya un problema en un cambio de ruedas, o (menos probable si cabe) tengan algún tipo de grieta en su sólida fiabilidad. El resto es la espera hasta el cambio normativo de rigor que elimine la supremacía de la marca alemana.

Cambio normativo que, cuando llegue, deberá tildarse de lamentable, porque nos hemos acostumbrado en este deporte a que, cuando alguien está en la cumbre, hay que cambiar las normas para igualar las cosas. Pues bien, para empezar, las cosas nunca han sido igualadas en la F1, y es por eso, precisamente, que carreras llenas de acción son tan recordadas, o que las luchas en pista son vividas con intensidad por el aficionado. Pretender cortar las alas del equipo que ha hecho un trabajo asombroso, por medio de la artimaña de cambiar las reglas, no debería producir satisfacción a nadie, sino profunda tristeza. ¿Hubiera Mercedes alcanzado a Red Bull sin el cambio de normas? Sí, pero le hubiera costado mucho más. Y la respuesta es sí, porque al final no se puede estar perpetuamente en la cumbre, pero quien quiera apartarte de ella, debe hacerlo por sus propios medios, un poco en la línea de lo que dijo Sergio Marchionne, de que Ferrari quería alcanzar a Mercedes jugando con sus mismas reglas, lo cual puede ser utópico en el corto-medio plazo, pero loable en términos de deportividad y competición.

Hace tiempo, cuando un equipo sacaba un invento revolucionario, dominaba una o dos temporadas (a veces algo más). Los demás se ponían al trabajo, copiaban y mejoraban el invento, o incluso sacaban a la palestra uno nuevo mejor todavía. Era un campo en el que florecía la inventiva de los ingenieros, y los pilotos apretaban sus máquinas, aunque las carreras no fueran necesariamente mejores que las que hoy vivimos, o no siempre. Sin embargo, había un ambiente de efervescente competición. De repente, te llegaba Brabham con un aspirador en la trasera, por ejemplo. Pero hoy, la Fórmula 1 se resume en un concepto: prohibición.

Está prohibido consumir más de lo establecido, está prohibido entrenar en pista, está prohibido usar el túnel de viento más allá de determinadas horas al año, está prohibido trabajar en agosto, está prohibido trabajar por la noche en los GGPP, está prohibido modificar los reglajes, está prohibido desarrollar los motores, está prohibido usar más de cuatro motores por año… La Fórmula 1 está prohibida, que rima perfectamente con podrida. Esa es la realidad, y el resumen de la situación. Y no será a través de un cambio reglamentario como se revierta la situación, si este es sólo y exclusivamente para frenar un dominio. Hay que volver a la esencia perdida. Porque los equipos siguen gastando fortunas, quedándose con las manos atadas durante el año, de modo que si se han equivocado en algún concepto del nuevo coche, sería más económico (y esto sí que sería un ahorro), que se fueran a casa, se olvidaran de competir, y se centraran en el coche del año siguiente. Sí, es una idea extremista y reduccionista, pero creo que se entiende el concepto y el estado real de la situación.

Pongamos como ejemplo a Mclaren. Han fallado a la primera, y eso, en esta F1 verde y prohibida, es un lastre muy complejo de soltar. Si antes llevaba 4 o 5 años desde mitad de la tabla para llegar a la cumbre, y eso haciéndolo todo bien, teniendo mucha paciencia y confianza en el proyecto, hoy puede costar algo más de tiempo, más aún si empiezas desde el fondo de la parrilla. Y ojo, esto no significa que el concepto de McLaren-Honda sea malo, porque podría ser tan bueno que atacaran la cima antes de lo previsto, pero si fallas a la primera en esta F1, previsiblemente vas a ir a remolque un tiempo importante.

Por eso el acierto de Mercedes en su motor fue lo mejor que podrían haber hecho, porque va a ser intocable durante mucho tiempo. El resto tiene que evolucionar su motor sin apenas poder hacerlo. Así que si Alonso se desespera ante el pésimo rendimiento de su coche, es comprensible, pero lo preocupante es cómo saldrán de esa situación, por mucho que sobre el papel el concepto sea radical, ambicioso, y con un potencial inconmensurable. Honda ha fallado, como falló Ferrari y falló Renault. Y a la vista está lo que les está costando remontar el vuelo y enjugar la distancia con Mercedes, que en muchas ocasiones se muestra guardando rendimiento: seamos claros, no sabemos cuál es el límite de los Mercedes, pero sí el de la mayoría de los demás.

Ante todo este panorama, me van a permitir que caiga en el dicho popular de que "cualquier tiempo pasado, fue mejor". Porque puede que no fuera mejor en muchos aspectos, pero en el deportivo sí. Rotundamente. ¿Y por qué? Porque los equipos realmente tenían una oportunidad de competir, de crecer, de probar, de experimentar nuevas soluciones que les acercaran a la cima, de consumir sus recursos como mejor les pareciese en la búsqueda de la victoria, que es de lo que se trata en este deporte. Y mientras tanto, los pilotos podían exprimir sus máquinas, que igual explotaban o se quedaban sin gasolina, pero lo hacían al límite de revoluciones, con un sonido ensordecedor, luchando rueda a rueda sin temor a sanciones a veces absurdas (hemos olvidado el término lance de carrera…).

Canadá solía darnos carreras emocionantes, pero el tedio se ha apoderado de todos los campos de batalla de este deporte. Con instantes de pasión que son los que nos hacen estar aún atentos a una competición que necesita urgentemente contemplar su estado. Y, si es posible, remediarlo.

4 comentarios
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11 Jun 2015 - 16:32
Gran artículo, totalmente de acuerdo. Es una vergüenza esta F1, ya raramente encuentras un par de carreras interesantes y con emoción por temporada, y ni hay luchas por la victoria porque el penco de Rosberg no ataca a Hamilton. La F1 esta en crisis y como no haganGran artículo, totalmente de acuerdo. Es una vergüenza esta F1, ya raramente encuentras un par de carreras interesantes y con emoción por temporada, y ni hay luchas por la victoria porque el penco de Rosberg no ataca a Hamilton. La F1 esta en crisis y como no hagan algo se va a volver un tostón aun mayor, es absurdo que quieran tanta vuelta de repostaje y mas cosas absurdas. No hacen falta 3 o 4 cambios, hace falta una revolución, quitar tantas limitaciones a todo algo se va a volver un tostón aun mayor, es absurdo que quieran tanta vuelta de repostaje y mas cosas absurdas. No hacen falta 3 o 4 cambios, hace falta una revolución, quitar tantas limitaciones a todo y que hagan algo interesante.
10 Jun 2015 - 15:10
Naci en 1955 y ERA seguidor de la F1. No me perdía ni un gp. En Francia compraba la revista GP. Hace ya años que he dejado de mirar este triste espectaculo (Que aún se creen que lo es.....) y me he pasado a las motos donde, sí hay emoción y competición. Cosas que han deaparecido por completo de la F Payasa.... Por mucho que los medios se empeñen en vender la moto....... Propongo una modificación técnica que, creo, es muy adapatada a la situación: Quitar los alerones delanteros y ponerles una bola roja bien grande (A la medida del espectaculo actual). Ya puestos a hacer el payaso... Además, quizás resulte aerodinámico y todo.... Hasta podría reducir los gastos.... Aprovecho para decirles que su sistema de captcha es una castaña.....perdón, una m.....a
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10 Jun 2015 - 09:43
De acuerdo en todo. Hace mucho tiempo que pienso que una fórmula libre, solamente con límite de peso o de cilindrada, traería aire fresco a la categoría; bajarían los costes y se igualarían las oportunidades para los equipos.
10 Jun 2015 - 01:16
Genial y muy objetivo punto de vista... Ponía yo en una nota de otra página lo siguiente: "Salvo Mercedes, la situación de todos los... motoristas es precaria. Ninguno puede realizar las modificaciones que necesitan con total libertad, ninguno puede jactarse de llegar a cumplir la norma de cuatro motores. La verdad es que la normativa sería muy interesante si no se hubiera dado la situación actual que se da por Mercedes. Lastimosamente, el que mejor hizo el trabajo, es quien desentona, es más, estorba. Si Mercedes estuviera en las mismas dificultades... otra cara tendría la F1." Con eso apoyo lo que usted JMV dice acerca de "...nos hemos acostumbrado en este deporte a que, cuando alguien está en la cumbre, hay que cambiar las normas para igualar las cosas." Libertad de acción pero con control efectivo de lo económico se hace imposible y volver a las raíces también se antoja muy difícil. Tal vez la mejor solución sea un "Prohibido prohibir", al menos dentro de la pista. Saludos.
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