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GP de Austria F1 2018: Verstappen impecable, Mercedes aniquilada

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José Miguel Vinuesa
5
02 Jul 2018 - 13:23

Novena prueba del campeonato del mundo, y desde el plano circuito de Paul Ricard al tobogán que es el otrora conocido como Österreichring, la sede tradicional del Gran Premio de Austria, y que Red Bull recuperó de una destrucción casi segura hasta devolverlo al campeonato. Un trazado que, pese a ser corto y sin curvas especialmente retadoras sobre el plano, adquiere otra dimensión en cuanto se pilota en ella. Velocidad y frenadas, subidas y bajadas, frenadas en apoyo y la necesidad de ser muy preciso en cada recodo para tener velocidad. Y para no tomar los badenes disuasorios a la salida, como aprenderían varios durante el fin de semana.

 

VIERNES

Se esperaba lluvia para este día, pero sólo hubo nubes que no llegaron a descargar, tan sólo alguna gota dispersa. Buena noticia para los equipos para poder iniciar las pruebas en condiciones óptimas, y así poder discernir cuál de los tres neumáticos que Pirelli ponía a disposición era el óptimo para la carrera: ultrablando, superblando o blando, como en Francia. De inicio, los Ferrari optaron por el ultrablando, mientras Mercedes lo hacía con el superblando, y Red Bull diversificaba, con Max Verstappen usando los superblandos y Daniel Ricciardo los blandos. Con esas configuraciones, los Mercedes estaban en la cima de la tabla de tiempos, con Hamilton primero con un 1'05"525 al que contestó impresionantemente Ricciardo, con el blando, con un tiempo tan sólo 0'046 segundos peor.

Mientras tanto, Stoffel Vandoorne se excedía con los límites y rompía por las vibraciones el alerón delantero, primer aviso que muchos no siguieron. Es verdad que esos elementos amarillos disuasorios han sido tradicionalmente severos aquí, pero parecía excesivo. Más aún cuando Carlos Sainz también tuvo que parar en boxes con grietas en el alerón delantero. A partir de ahí llovieron los avisos para evitarlos en todos los equipos, aunque no todos hicieron caso.

En la segunda mitad de la sesión, con Ricciardo parado mucho tiempo en boxes por trabajos de reparación de los brazos de la suspensión y la dirección, de la que se había quejado, los Mercedes siguieron marcando la pauta a seguir en esta pista. Ya con los ultrablandos, nadie pudo superar el 1'04"839 de Lewis Hamilton, y sólo su compañero Bottas se acercó a 0'127. Verstappen parecía a tono, pese a un trompo, y estaba tercero a 0'233, mientras Vettel se colocaba cuarto a 0'341. Las mejoras del motor Renault, que anunciaba por fin el 'modo de clasificación' quizás serían una ayuda para los Red Bull, aunque por su combustible usado su rango de uso era un poco menos efectivo. Grosjean era el mejor del resto, y más le valía mantener esa posición, y Leclerc ya asomaba por el noveno lugar. Los McLaren estaban en decimoséptimo y decimoctavo lugar, Alonso por delante, y la tabla la cerraba Robert Kubica, que volvía al habitáculo del Williams por primera vez desde Barcelona: Stroll le superó en más de ocho décimas.

 

 

La segunda sesión siguió nublada y con variedad de neumáticos en los tres equipos punteros. Vettel empezaba con blandos, Räikkönen con superblando –curiosamente era el alemán quien superaba a su compañero-, Ricciardo montaba el superblando pero Verstappen con el blando, y en Mercedes, misma estrategia, con Hamilton con el blando y Bottas el superblando. Era el momento de decidir si el compuesto más duro para este fin de semana podía ser suficientemente rápido y a la vez duradero para considerarlo como principal opción de carrera. El problema era que, en general, empezó a aparecer degradación en todo tipo de gomas, lo que complicaba la lectura de datos. 

Lewis Hamilton, pese a alguna salida de pista, era el más rápido con los blandos en la primera mitad de sesión, con un tiempo de 1'04"579 al que sólo respondía Bottas, a 0'180 segundos. Las profundas mejoras aerodinámicas del Mercedes W09, unidas a las del motor estrenadas en Francia, estaban funcionando a la perfección en este trazado que exige velocidad y tracción, además de nobleza en la transferencia de pesos, un arte a ejecutar entre subidas y bajadas, y en el que Lewis Hamilton es un gran maestro.

Fernando Alonso se pasaba una buena parte de la sesión en los boxes por tener que trabajar en el cambio del suelo de su monoplaza, dañado tras una salida de pista. Peor fue para Pierre Gasly, que en la curva 10, la última, tuvo la desagradable sensación de que su Toro Rosso no giraba: se había roto la suspensión delantera izquierda, así que sólo pudo seguir recto para quedarse en la gravilla y acabar la sesión. Salió la lógica bandera roja para retirar el coche.

Los líderes cambiaron sus neumáticos para la segunda mitad. Todos con los ultrablandos excepto Räikkönen, que se mantuvo con los superblandos. Daba igual lo que se hiciese. Mercedes seguía arriba, con Hamilton manteniendo su mejor tiempo anterior y Bottas acercándose levemente a 0'176 segundos. Vettel se colocaba a su zaga, y aunque el Ferrari no iba mal en absoluto, 0'236 segundos es un mundo en una pista tan corta. En realidad, en el primer sector ambos equipos estaban igualados, en el segundo Ferrari estaba ligeramente por delante, pero en el tercero Mercedes sacaba a relucir su aplomo y sacaba la diferencia. Los Red Bull, pese a las ya conocidas bondades de su chasis, se veían aquí más perjudicados por la pequeña diferencia de potencia. Habría que ver en clasificación.

 

SÁBADO

Los terceros libres también fueron con un clima nublado, pero con la probabilidad de lluvia cada vez más baja. Fue Kimi Räikkönen quien hizo uso de la pista al principio de la sesión en solitario, con los neumáticos ultrablandos. Pronto llegarían los demás para superar su inicial 1'04"937, todos usando el ultrablando: tiempo de clasificación y una ligera simulación de carrera. 

Hubo mucha variabilidad, si bien quedó claro que los Red Bull no estaban en la lucha por la pole position. ¿Estaba Ferrari? Son ya tradicionales las mejoras de la Scuderia los sábados, con una puesta a punto muy refinada en cada pista. Y de hecho, Vettel marcó el mejor tiempo del fin de semana hasta el momento: un 1'04"070, pero con Lewis Hamilton muy cerca, a sólo 20 centésimas. Bottas algo detrás, pero no mucho, a 0'134 segundos, y Räikkönen descolgado a 4 décimas exactas. Los Red Bull, a 7 y 8 décimas. Aunque el problema para Verstappen no era tanto eso como que su motor se apagó súbitamente en la cuarta curva, obligándole al abandono.

Poco después, ya al final de la sesión, era Charles Leclerc el que se quedaba parado tras detectar algo anómalo en el motor: era la caja de cambios, cuya sustitución le obligaba a soportar una sanción de 5 puestos en la parrilla de salida. Una lástima, porque había marcado el décimo mejor tiempo, a sólo 1'149 segundos de Vettel. Los Haas fueron los mejores del resto, con Grosjean confirmando sus buenas sensaciones en esta pista, a 0'846 segundos de la cabeza, pero a tan sólo 0'025 segundos de Ricciardo. Carlos Sainz estaba noveno, con buenas sensaciones para entrar en la última sesión de clasificación, pese a que su Renault era bastante agresivo con los neumáticos. Algo mejor los McLaren, con turbo nuevo para Alonso sin penalización, decimocuarto entre los Force India, mientras Vandoorne era un preocupante decimoctavo. Por detrás de él, sólo los habituales Williams.

Así pues, ¿sería capaz Ferrari de ser una amenaza para lo que parecía una pole bastante segura para Mercedes? En la primera ronda de clasificación aclaró las dudas de que los Mercedes eran la fuerza que contaba en esta pista. De inicio, Lewis Hamilton hizo el mejor registro del fin de semana con un 1'04"080, pero con Bottas otra vez cerca de él, sólo 0'095 segundos por detrás. Quien también avisaba de sus intenciones era Romain Grosjean, con una vuelta muy interesante para ponerse cuarto, a sólo 0'162 segundos de diferencia: eso no era lo determinante, sino la velocidad.

Vettel apuntó algo interesante con los superblandos al principio, colocándose segundo, pero fue su compañero el que dejó una buena sensación con los superblandos colocándose tercero a poco más de una décima. Un ritmo interesante de cara a colocar los ultrablandos después. En la zona baja, Leclerc y Gasly pasaron el corte, como también hizo Fernando Alonso en undécima posición, mientras Vandoorne caía en decimosexta posición. La culpa fue de un soprendente Lance Stroll, que del decimonoveno lugar, supo mejorar casi dos décimas para colocarse en decimoquinto lugar, en una vuelta fantástica que permitía a Williams respirar ante su pésima situación. La noticia negativa fue la caída de Sergio Pérez, decimoséptimo mientras Ocon, al menos, estaba decimocuarto.

La segunda ronda vio opciones curiosas. A Alonso con los blandos –no marcó un mal tiempo, pero no era la opción realista-. A los Ferrari con los superblandos, los únicos en usar este neumático con la mirada puesta en la carrera. Sería después, al usar el ultrablando en el segundo intento, cuando Vettel dejó abierta la incógnita y se colocó primero, con un tiempo de 1'03"544, con Hamilton a 0'033. Cerquísima. Bottas y Räikkönen ya estaban más lejos en tercer y cuarto lugar, pero más preocupante era el rendimiento de Daniel Ricciardo, que tuvo que esforzarse para pasar a la última sesión. De hecho, por momentos estaba eliminado, y tuvo que modificar su estrategia, colocar el ultrablando, y aún con eso sólo pudo ser octavo a 0'859 segundos.

Pasaron ambos Renault y ambos Haas, Grosjean todavía a un nivel especatacular, apenas a medio segundo del líder. Leclerc esta vez no dio la sorpresa, y acabó decimotercero, a lo que sumar las cinco posiciones de sanción. Tampoco Alonso, que acabó usando el ultrablando, pudo hacer nada para acercarse a las posiciones delanteras, y no logró mejorar su tiempo. La razón, más que en el coche, habría que buscarla en los dos errores en las dos últimas curvas del español, cuyo monoplaza volvió a ver desintegrarse su alerón delantero al pasar por los badenes al borde de la pista. Preocupante la facilidad de destrucción del frontal del MCL33, cuando por ejemplo, el Red Bull aguantaba el paso ocasional por esas zonas, especialmente Verstappen.

 

 

En el paso a la última sesión, se pudo ver el bloqueo que Sebastian Vettel cometió sobre Carlos Sainz en la primera curva. El español iniciaba su vuelta rápida, mientras el alemán aflojaba, y justo a la salida de la curva, el Renault se encontraba al Ferrari y lo evitaba con una maniobra de reflejos. Lo cierto es que el español ya tenía una vuelta buena –tan buena que le permitió pasar en novena posición-, pero se abrió una investigación que finalmente conllevaría una sanción de tres puestos en parrilla para el alemán, y tres puntos en el carnet. Con todo, el español fue honesto en sus declaraciones, reconociendo que, pese al bloqueo y el daño en su alerón delantero, su mejor vuelta estaba firmada y su posición no iba a mejorar.

La tercera sesión también empezó con polémica. Max Verstappen se negó a que Daniel Ricciardo tuviera esta vez el beneficio de ser el último en hacer la vuelta entre los dos, a lo que tenía derecho por turno el holandés. Así que se rebeló, y no fue una mala estrategia para él, porque fue el más rápido de los dos. Se abría, sin embargo, la polémica en Red Bull, con Daniel criticando la decisión y Christian Horner apuntando a que Verstappen se había saltado las normas.

Por delante, todo gris. Valtteri Bottas marcaba un 1'03"264 en su primer intento, con Hamilton cometiendo un error en la tercera curva, pero aún así colocándose segundo aunque a medio segundo de su compañero. Vettel también se equivocó en la cuarta curva, y se quedó sexto. ¿Era Bottas un líder ocasional que sucumbiría ante su compañero y quizás ante Vettel? Räikkönen, que era tercero, optó por hacer dos intentos seguidos, y en esa segunda vuelta logró mejorar su vuelta para colocarse segundo, pero superando por poco a Hamilton. Los Red Bull seguirían esa estrategia en el último intento.

Sebastian Vettel mejoró notoriamente su vuelta para marcar un 1'03"464 y se colocó segundo, pero era insuficiente. No habría un Ferrari en pole. Había alguien silencioso al que nadie tenía demasiado en cuenta, cuando este circuito es uno de los que mejor se le adapta desde siempre, donde ya ha conseguido Poles y victorias: Valtteri Bottas. Preciso. Rápido. Seguro. Y el reloj, sincero, con una mejora en el tiempo para marcar un 1'03"130 que nadie podría superar en este día, ni siquiera Hamilton que se quedó cerquísima, a sólo 0'019. Ambos Mercedes al mismo nivel. Y lo mejor para ellos, que, en un circuito tan corto, las distancias con los Ferrari eran muy grandes: 0'334 a Vettel, 0'530 a Räikkönen. Un mundo. 

Primera línea monocromáticas, y por detrás la variedad gracias a la sanción a Vettel, que saldría sexto. Max Verstappen quinto en un último intento agónico –cuarto en parrilla-, superando por sólo 0'052 segundos a un brillante Romain Grosjean, sexto en tiempos pero un gran quinto para iniciar la carrera. El francés nunca ha dejado de ser rápido, pero, insistimos, tiene la necesidad imperiosa de capitalizar su velocidad en carrera y empezar a sumar puntos. Puede que nunca haya tenido un coche mejor. Daniel Ricciardo estaba muy enfadado, su sonrisa borrada frente a su compañero. Pero tampoco hay que ocultar que el australiano no había tenido el ritmo ni la velocidad a una vuelta que sí demostró Verstappen. Batido sin paliativos ni excusas. Magnussen era octavo, cerca del Red Bull. Cerrando la tabla, muy lejos de todos los demás, en una lucha interna en la que Carlos Sainz empieza a tomar la medida y mostrar su superioridad, los Renault eran noveno y décimo, a 1'595 y 1'889 respectivamente. La diferencia a favor de Sainz, casi tres décimas, digna de resaltar.

 

DOMINGO

El sol brillaba en todo su esplendor el domingo, subiendo las temperaturas en el ambiente y la pista. Fernando Alonso salía desde los boxes por el cambio de la MGU-K y del morro de su McLaren. Todo lo contrario, en la pole, salía un Bottas que esperaba repetir su gran salida el año anterior. Pero esta vez fue más humano, y se vio alcanzado por Hamilton. Sin embargo, la gran salida del día fue para Kimi Räikkönen, que valiente se metió por un hueco escaso entre ambos Mercedes. Los tres en paralelo, pero la primera posición fue para Hamilton con el interior. Sin embargo, quedaba la recta hacia la tercera curva. Bottas perdía la posición con Verstappen, mientras Kimi, agresivo, se lanzaba por el exterior a por Hamilton, pero se pasaba de frenada y se iba por el exterior. Mientras tanto, Vettel, desde el sexto lugar, había perdido dos posiciones tras irse por fuera en la curva 1 y la 3, conservador en mitad del pelotón.

Si alguien creía que las posiciones estarían estables, quedaba la recta hacia la curva 4. Hamilton estaba fuera de peligro, pero no Kimi y Max, que luchaban entre ellos. Sin embargo, Bottas había traccionado mejor, así que en la recta se acercó y se colocó por el exterior de la curva, pasando a ambos. Dos Mercedes en cabeza, y seguidos por un Red Bull, tras adelantar Verstappen a Räikkönen en la chicane de las curvas 6 y 7, con toque incluido a la rueda trasera izquierda del finlandés. En ese momento pasó desapercibido, pero fue el movimiento clave de la carrera.

Al paso por meta, el liderato de Hamilton y la segunda posición de Bottas auguraban una carrera previsible, seguidos por Verstappen, Räikkönen, Ricciardo, Grosjean, Magnussen, Vettel, Hülkenberg, Ocon, Stroll, Sainz con una mala salida, Pérez, Leclerc, Ericsson, Sirotkin, Hartley, Alonso y Vandoorne, que tras tocar a Gasly en la curva 3 en la primera vuelta tenía que pasar por boxes a por un nuevo alerón delantero. A partir de ahí, Vettel pasó a los dos Haas y recuperó su posición de salida en la tercera vuelta, con todo ya estabilizado. De hecho, Hamilton tenía una ventaja de 2’5 segundos sobre Bottas, que tenía a la misma distancia a Verstappen.

 

 

Y entonces, empezaron las sorpresas. La primera, la espectacular rotura de motor de Nico Hülkenberg en la recta de meta en la vuelta 12 cuando rodaba noveno, lo que aprovechó Sergio Pérez para pasar a Sainz, que a su vez estaba intentando pasar a Esteban Ocon. Era la primera baja. Pero dos vueltas después llegaría una de las imágenes del Gran Premio: Valtteri Bottas se paraba en la curva 4 con problemas de presión hidráulica. En una carrera que a las 15:10 se dibujaba favorable al finlandés, se había convertido en un abandono por fiabilidad. Primer aviso para las Flechas Plateadas. Hamilton seguía líder, pero no podía imaginar que el abandono de su compañero complicaría la carrera.

Coche de seguridad virtual en la vuelta 15. Verstappen, Räikkönen, Ricciardo y Vettel que se detienen para colocar neumáticos blandos. Jaque al líder, que tras reanudarse la carrera en la vuelta 16 se veía con una ventaja de sólo 13’1 segundos respecto a Verstappen. Es decir, en cuanto se detuviese, perdería el liderato. Y aunque lo intentaba, no podía abrir un hueco hasta los 21 segundos que le diera la posibilidad de mantener el liderato. Entonces, Daniel Ricciardo quiso colocarse en la terna de posibles ganadores, adelantando a Räikkönen en la vuelta 20, curva 4, aprovechando el DRS tras perseguirlo varias vueltas. Y empezaba a acercarse poco a poco a Max. 

 

 

Hamilton se rindió en la vuelta 25 y pasó por boxes, saliendo delante de Vettel, en cuarto lugar, con neumáticos blandos. Y fueron esas gomas las que se convirtieron en protagonistas. Porque Daniel Ricciardo empezó a tener una degradación excesiva –blistering- en sus ruedas traseras, que empezó a reproducirse en el Mercedes de Hamilton y en muchos otros coches. Pero no en los Ferrari, que empezaron a apretar tanto a Ricciardo en el caso de Räikkönen, como Vettel con Hamilton. El Red Bull en segunda posición era incapaz de contener a sus perseguidores, y en la vuelta 38, Räikkönen le devolvió exactamente su adelantamiento en el mismo lugar. En la siguiente, Daniel tuvo que entrar a boxes para colocar los superblandos e intentar tener una opción si los demás también veían a sus neumáticos desfallecer.

En ese mismo instante, Sebastian Vettel protagonizó el adelantamiento del día. Camino de la tercera curva, el alemán cogió el rebufo del Mercedes, que se desplazó hacia la derecha para ahogar al Ferrari y tratar de evitar que le tomase el interior. Pero el alemán no dudó, puso la parte derecha del coche en la hierba, y ganó el interior, ahogando a Lewis para ser tercero. Un adelantamiento brillante en un Ferrari cuyas gomas estaban impasibles. Hamilton se acercó e intentó resistir, pero por radio se dio por vencido: no podía adelantar a sus rivales. Su única opción era seguir a Ricciardo, y pasó por boxes en la vuelta 52 para colocar superblandos, cayendo a quinto tras el australiano.

Tendría que adelantarle, algo previsible por coche y neumáticos más frescos. Pero el Red Bull rindió el alma en la vuelta 54: otro golpe de efecto que obligaba a Ricciardo a abandonar el día de su cumpleaños. Mientras tanto, Verstappen también padecía el ‘blistering’, pero por radio se mantenía impasible: tenía una ventaja de 6 segundos sobre Kimi, y quería y podía mantener el ritmo, aunque el Ferrari se iba acercando progresivamente. Hamilton, lejos de Vettel, se preocupaba en salvar los muebles en un día aciago. Pero la situación se puso peor todavía. Era la vuelta 63, cuando llegando a la tercera curva, el Mercedes iba lento. La presión del aceite había fallado. Los dos Mercedes habían fallado. Lewis aparcaba su monoplaza y decía adiós a la carrera y al liderato del mundial. Una debacle para las Flechas de Plata.

Mientras los Ferrari se acercaban hasta rozar los dos segundos con Verstappen en el caso de Kimi, que tenía una ventaja de 1’5 segundos con Vettel, Fernando Alonso empezaba a progresar. Primero adelantaba a Charles Leclerc y se colocaba décimo justo antes del abandono de Hamilton. Después, pasaba a Gasly para ser octavo, y a él le seguían los dos Sauber, en este caso Ericsson por delante de Leclerc tras adelantarle en pista, con la promesa de devolver la posición si no culminaba un hipotético ataque a Alonso. Poco después, el último abandono, el de Stoffel Vandoorne, rodando siempre en las últimas posiciones.

¿Ganaría Max? Nada le iba a separar de la bandera a cuadros. Conservaba las gomas y era rápido, inteligente como el holandés ya ha demostrado con creces pese a los que dudan de sus capacidades. Y ganó, y dio a Red Bull la victoria en casa, al fin. Max, que hace cuatro carreras parecía en la cuerda floja, demostrando otra vez por qué es un talento casi infinito que no deja de ser el piloto fuerte y valiente que, a veces, comete errores. Y es así, en la pista, donde Max debe acallar a todos sus críticos, con una actuación brillante desde la salida hasta la meta. Intachable.

Detrás, Kimi Räikkönen con una carrera impecable, valiente, rápida. Quizás pudo apretar un poco más al líder en los últimos compases, pero como en España 2016, hoy era el día de Max. Justo cuando Kimi parece estar fuera de Ferrari y de la F1, su mejor actuación en años. Su único fallo fue el ser adelantado por Verstappen, toque incluido, pero nada más. Un recordatorio de que a veces, el finlandés sabe ser lo que se espera de él.

Vettel fue tercero, y recupera el liderato del mundial por un punto, en un día en el que todo parecía escrito para que Hamilton aumentase a más de una carrera de diferencia su liderato. El alemán se ganó su posición con el adelantamiento a Hamilton, y sólo la penalización pudo, quizás, evitar que ganase esta carrera. No sólo salvó los muebles, sino que quiso más que eso. Y así, Ferrari también se coloca líder del mundial de constructores por diez puntos de ventaja. Curioso el dato de que, con los neumáticos sin la banda de rodadura más estrecha, el monoplaza italiano no tiene apenas flaquezas: fueron los únicos sin problemas de neumáticos.

Haas por fin redondeó un resultado perfecto –el cuarto es el mejor resultado de toda su trayectoria-, en especial Romain Grosjean, que definitivamente hizo buena su velocidad en meta. Cuartos y quintos, aunque los primeros doblados. Claro que los abandonos les ayudaron, pero en el caso de Magnussen, por ejemplo, supo ir subiendo por la clasificación hasta su posición merecida. También los Force India tuvieron una recompensa inesperada en Austria, con Ocon y Pérez en sexto y séptimo lugar, en este caso sí, más ayudados por los abandonos. Irregular, en todo caso, el rendimiento del Force India.

Brillante octavo lugar de Fernando Alonso, que tampoco tuvo degradación del neumático tras parar en la vuelta 16, cuando cayó a decimonoveno. Estrategia perfecta y pilotaje sin mácula del español para sumar lo que no debería haber sumado visto el rendimiento de su monoplaza. No olvidemos que al inicio de la carrera, los dos coches de Woking eran últimos. Pero mientras que Alonso no se dio por vencido –marca de la casa- y llegó a los puntos, Vandoorne nunca salió del pozo hasta abandonar.

También en los puntos los dos Sauber, en un gran resultado de equipo. Esta vez, Marcus Ericsson estuvo a la altura de su compañero, lo que debe rendir mérito a favor del sueco, tan contra las cuerdas frente al talento monegasco. Al final de carrera, por juego de equipo, estaba delante de Leclerc, que tuvo una salida de pista en la tercera vuelta y padeció más con las gomas, pero Ericsson cumplió las órdenes y, al no poder atacar a Alonso, devolvió la posición. Una gran carrera para un equipo tan pequeño, donde cada punto es mucho dinero para seguir creciendo.

Fuera de los puntos, Gasly en primer lugar, que se encontró sin neumáticos al final de carrera. Pero mucha atención, porque tanto él como Hartley estaban en los puntos antes de que ambos monoplazas se vinieran abajo, uno acabando y el otro abandonando. Tras el francés de Toro Rosso, Carlos Sainz, en un día muy complicado que deja fuera de los puntos al español después de mucho tiempo. Su coche tuvo problemas y la degradación hizo el resto. Sólo queda esperar días mejores. Sin sorpresas al final de la clasificación: Stroll y Sirotkin en sus Williams, pese a la esperanza que supuso la buena clasificación del canadiense.

Y así es como la F1, ayudada por una degradación salvaje, acalló a sus detractores. Y así es como Max Verstappen hizo lo propio con los suyos, con una carrera brillante. Y los Mercedes, que llevaban el motor evolucionado de Francia y mejoras aerodinámicas de calado, sucumbieron a la fiabilidad, fruto de la necesidad de exprimir al máximo este año su rendimiento. Un doble abandono muy doloroso, pero no definitivo. Vivimos un año en el que volvemos a empezar el campeonato cada pocos Grandes Premios. Vettel y Ferrari líderes cuando no tocaba. Un campeonato excitante.

5 comentarios
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03 Jul 2018 - 11:28
Estás últimas carreras Verstappen parece otro piloto, mucho más centrado
02 Jul 2018 - 19:49
Felicidades nuevamente, otra gran redacción y detallada de lo ocurrido en Austria, un GP lleno de sorpresas, entre fiabilidad de Mercedes y neumáticos, y en una semana cambio en los campeonatos y la semana que viene Silverstone..... Quedaría por saber que habría pasado si Hamilton entra en VSC (he leido que pensaban que duraría una vuelta más el VSC), si Ricciardo no rompe (parecía un duelo entre Hamilton-Ricciardo), Vettel saliendo 3, Vettel en la posición de Kimi (habría presionado a Max?)..... pero todo eso, son suposiciones...
02 Jul 2018 - 18:08
Ahora sí, ya tengo toda la carrera. Muy buen trabajo JMV. Muy buen GP, ésta vez sí que lo pude ver en directo y en un momento dado, ya no podía más con el nerviosismo. La carrera estaba muy abierta aún con el problema de los neumáticos. En cualquier momento a Ferrari también les podía pasar lo mismo, o que Lewis pudiera venir con todo desde atrás co el más prestacional. Al final, todo es claro tras la bandera a cuadros, pero en carrera, todo es un albur.
02 Jul 2018 - 15:28
Una lástima que tengan esos neumáticos y deban mirar por gestionar el consumo, Ahora se dan en pista pilotos jovenes y alguno veterano que nos harian disfrutar las carreras como que nos brindaron en Moto GP este Domingo.
02 Jul 2018 - 15:26
Estoy como Ricciardo, retirado a la mitad de carrera y con ganas de más. ¿Se ha perdido el resto de la nota? Saludos.
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